Jon ORMAZABAL
Gimnasia

Kohei Uchimura cazó el «Pokemon» que le faltaba

Una memorable remontada sirvió a Japón para destronar a China y recuperar el cetro 12 años después.

Más allá de ampliar su colección de Pokemons –se gastó 4.400 euros en datos móviles de su teléfono en su búsqueda por Río–, Kohei Uchimura acudió a los Juegos brasileños con una obsesión, el oro por equipos. A pesar de ser el mejor gimnasta de la historia por número de títulos, el oro compartido era el reto que le quedaba por delante, un éxito que Japón alcanzó tras una remontada memorable para superar a Rusia, líder hasta los dos últimos aparatos y con opciones hasta el final.

Japón destronó así a China, país dominador de la última década y ganador de esta prueba en los Juegos de 2008 y 2012. Los chinos arrastraron un comienzo desastroso y también tuvieron que ir de menos a más, aunque llegaron a tiempo de subir al podio. El equipo ganador lo formaron Uchimura, que no estuvo brillante pero aseguró los puntos del final, Koji Yamamuro, Ryohei Kato, Yusuke Tanaka y Kenzo Shirai.

Rusia, que empezó en caballo con arcos, se puso al frente en la primera rotación, mientras japoneses (caballo con arcos), chinos (suelo) y estadounidenses (suelo) ocupaban de manera inesperada las tres últimas posiciones. En el segundo ejercicio, Japón escaló a la quinta posición pese a que Uchimura fue el peor de sus tres representantes. Ucrania se hundió en el último puesto por la incomparecencia a partir de esta fase, no explicada, de Maksym Semiankiv.

A mitad de competición Rusia seguía al frente, pero ya con solo 2,033 puntos sobre Japón, que había aprovechado su turno de salto para auparse a la segunda plaza. Los dos equipos compartían aparato y se acechaban de cerca. Les faltaban las paralelas, la barra y el suelo. En principio, todos favorables a Japón. En las primeras, Uchimura no consiguió levantar una vertical y estropeó así un ejercicio que, de otra manera, hubiera sido insuperable. Volvió a ir a rastras de sus compañeros en ese aparato.

Reacción china

Entonces llegaron los chinos, en ese momento quintos, a las paralelas y cambió toda la historia: You Hao superó la barrera de la excelencia al irse hasta los 16,166 y sus compañeros no fueron muy a la zaga. Al tiempo que China se ponía en puesto de podio, Japón superaba por primera vez a Rusia, aunque solo por 208 milésimas.

Las tres medallas se jugaban en el último aparato, con japoneses y rusos en el suelo y Rusia en la barra. Los nipones salieron primero con toda la artillería: Shirai, campeón mundial de este aparato, Kato, cuya nota tardó una eternidad en salir, y Uchimura. El gran campeón aguantó la presión y taladró sus series al suelo. Cuando acabó, apenas se tenía en pie, pero el esfuerzo había merecido la pena, el oro compartido era suyo.