Imanol CARRILLO
TRIATLÓN

Jorgensen se consagra, Spirig completa el póker y Murua abandona pero emociona

La zarauztarra Ainhoa Murua, la más veterana y con una fractura de estrés ensu talón, no pudo completar en Río una exigente prueba en sus cuartos Juegos.

Entre lágrimas y abrazándose a su marido, la estadounidense Gwen Jorgensen completaba el triatlón de Río en 1:56:16. A tan solo 40 segundos, no menos emocionada, una veterana como la suiza Nicola Spirig, de 34 años, cruzaba la línea de meta en segunda posición, después de haber logrado el oro en Londres 2012 y de haber afrontado en Brasil 1.500 metros a nado, 40 duros kilómetros en bicicleta y diez más de carrera a pie.

La helvética era la más veterana en finalizar la prueba y, con cuatro Juegos a sus espaldas, se convertía en la triatleta que más participaciones olímpicas acumulaba en la historia del triatlón, junto con la alemana Anja Dittmer, ya retirada, y cómo no, a una de las deportistas vascas que pasarán a la historia del deporte. Y es que, a pesar de no haber podido finalizar el triatlón, es digno de aplauso la participación de la zarauztarra Ainhoa Murua: la más veterana de entre todas las participantes, con 38 años, y también en sus cuartos Juegos Olímpicos.

En la que seguramente será su última cita olímpica, la guipuzcoana compitió con fractura de estrés del calcáneo izquierdo. Infiltrada y con un fuerte vendaje, completó el tramo a nado en 19:19, a 18 segundos de la líder, y terminó a 4:11 de distancia el tramo en bicicleta hasta que no pudo más y se retiró poco después de arrancar la carrera a pie, llorando, tras casi hora y media de sufrimiento. Sin duda, ayer fue una de las triunfadoras.

Como también lo fue Fabienne St. Louis, de las Islas Mauricio, de menor proyección internacional pero salió a competir a pesar de que en diciembre se le diagnosticara un cáncer. Tampoco pudo finalizar una prueba exigente y llena de emoción.

Evita emboscadas, resiste y ataca

Jorgensen, de 30 años y doble campeona del mundo, por fin se consagró en Copacabana. ‘Reciclada’ de la natación y el atletismo hace seis años, no dejó escapar su oportunidad y ganó la carrera más importante de toda su vida. Salió bien colocada del agua y evitó la emboscada en bici, con el primero de los dos repechos duros, antes de una bajada técnica, en un circuito de 5 kms. al que se dieron ocho vueltas. En un grupo de 18 triatletas, la colosal Spirig tiró del grupo.

El tramo en bici era el más ‘flojo’ de la norteamericana, algo que entrena con su marido, el exciclista Patrick Lemieux, pero tenía la prueba donde quería al bajarse a correr. En la última vuelta a pie, Jorgensen enchufó la directa ante Spirig para evitar un posible sprint final, por lo que cedió la emoción a la lucha por el bronce. Este metal fue a parar a manos de la británica Vicky Holland, quien se lo arrebató a su compatriota Non Stanford por solo tres segundos.