Robert Gesink (LottoNL) logró la victoria en la etapa reina de la Vuelta ayer entre Urdazubi y el Aubisque tras ser el más fuerte de la fuga en una jornada en la que hubo batalla desde el inicio hasta el final. Además del holandés, los ganadores de una etapa preciosa fueron el Orica al colocar a Simon Yates y Chaves entre los cuatro primeros de la general tras una gran estrategia de su director Neil Stephens, y Froome, que aguantó todos los ataques de Nairo Quintana y pasa a ser el gran favorito a la victoria final con la ventaja que le da la crono de 37 kilómetros de la antepenúltima etapa.

Y eso que el colombiano fue, junto a Jonathan Castroviejo, el único corredor del Movistar que estuvo a un buen nivel a pesar de que la carrera se le puso a su favor al colocar a José Joaquín Rojas, Rubén Fernández y Dani Moreno en una fuga numerosa de 41 corredores en la que el madrileño era el mejor colocado en la general a 5:30 de su líder.

La presencia de tres Movistar en cabeza obligó a Sky a asumir el peso del trabajo en el pelotón hasta el ascenso del penúltimo puerto, el Marie Blanque, donde Simon Yates saltó para hacer buena la estrategia del Orica, que fue el que más trabajó para conseguir que sus tres representantes en la fuga, Gerrans, Nielsen y Keukeleire, pudieran ayudar a Simon Yates en el tramo de llano entre los dos últimos puertos. Para ayudar al inglés también contó con la colaboración de Haig, el primero que se movió en el pelotón en el Marie Blanque para ayudar a Simon Yates a abrir un minuto y medio con el pelotón y poder enlazar con sus otros tres compañeros.

A partir de ese momento Movistar, Tinkoff y BMC empezaron a trabajar en cabeza del pelotón, pero el Orica logró que Simon Yates llegara con ese tiempo al Aubisque y a la meta con más de un minuto a Quintana y Froome, que aguantó a todos los ataques del colombiano. Alejandro Valverde perdió once minutos en la meta y se despidió de su sueño de acabar en el Top 10 las tres grandes este año.

Para completar la lección estratégica de Stephens, Chaves aprovechó el marcaje entre los dos corredores más fuertes para lanzar un ataque y llegar con 36 segundos sobre ellos. Así se colocaron los dos Orica por detrás de Quintana y Froome, que hoy volverán a tener un duelo en Formigal, 14,5 kilómetros al 4,6%, donde acaba una etapa de 118,5 que presenta otros dos puertos en su recorrido.

Haimar Zubeldia, sexto en una jornada con un gran protagonismo de los vascos

Cinco de los ocho ciclistas vascos que continúan en la Vuelta entraron en la fuga de 41 corredores de ayer formada en carreteras vascas y de todos ellos Haimar Zubeldia fue el más fuerte al acabar sexto en el Aubisque. Omar Fraile buscó el liderato de la montaña y pasó en primer lugar por el col de Inharpu y el Soudet, pero Kenny Elissonde coronó detrás de él estos dos puertos y en primera posición Marie Blanque, donde se quedó descolgado en la parte final el del Dimension Data, con lo que encabeza la clasificación con diez puntos de ventaja sobre el santurtziarra.

Pello Bilbao sí sufrió en Marie Blanque para empalmar con el grueso del grupo de los fugados y realizar un gran trabajo en el tramo de llano previo al Aubisque para Sergio Pardilla, que no pudo optar a la victoria de etapa, pero se coloca decimotercero en la general.

Romain Sicard también cedió en la subida a Marie Blanque y David López aguantó por delante hasta que se descolgó para trabajar para Chris Froome en el Aubisque, donde Jonathan Castroviejo fue el mejor apoyo que tuvo Nairo Quintana tras el mal día de Rubén Fernández y Alejandro Valverde.

Pero no solo fueron protagonistas los corredores, también los aficionados vascos que, como en los días anteriores, llenaron las carreteras de ikurriñas y de banderas en las que se reivindica la vuelta de los presos vascos a casa. El tiempo acompañó y ayer los ciclistas sí estuvieron a la altura. J.I.