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VIENTIÁN

Obama cancela su primera cita bilateral tras los insultos de Duterte

La cancelación por parte del presidente de EEUU, Barack Obama, de un encuentro que debía mantener con su homólogo de Filipinas, Rodrigo Duterte, después de que este le insultara, dominó ayer la cumbre de los países del Sudeste Asiático que se celebra en Laos con la economía y la seguridad como eje. Manila dijo que Duterte, que lamentó su exabrupto, solo pretendía recalcar la soberanía de su país tras las críticas a su «guerra contra la droga».

Rodrigo Duterte lamentó ayer sus insultos contra Barack Obama, al que el lunes por la noche llamó «hijo de puta», y que llevaron a la cancelación de una reunión entre ambos prevista para ayer en la capital de Laos, Vientián, en el marco de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), que integra a Myanmar, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam. La Casa Blanca subrayó que «las palabras importan».

«Lamentamos que (los comentarios) se hayan entendido como un ataque personal hacia el presidente de EEUU», señaló Duterte, que dijo sentir un «profundo aprecio y afinidad» con Obama, y afirmó que espera «limar asperezas» que «son resultado de nuestras prioridades nacionales y percepciones».

Las declaraciones de Duterte, conocido por sus exabruptos, se produjeron en respuesta a las críticas de Obama a su violenta «guerra contra la droga», que desde julio ha provocado más de 2.500 muertos.

Duterte considera su campaña contra las drogas un asunto interno. «Debe ser respetuoso, no me haga preguntas. Hijo de puta, le insultaré en ese foro», dijo Duterte antes de viajar a Laos. «Nosotros ya no somos colonia de Estados Unidos. ¿Quién es este hombre? Mi único dueño es el pueblo filipino», agregó.

En el mismo sentido, el secretario ejecutivo de la Presidencia de Filipinas, Salvador Medialdea, afirmó que Duterte sólo recalcaba la soberanía del país y su derecho a afrontar los problemas «a nuestra manera».

Inicialmente, Obama se limitó a poner en duda la utilidad de este encuentro sin que hubiera «conversaciones constructivas», pero la Casa Blanca decidió cancelarlo. Ben Rhodes, asesor cercano a Obama, aseguró que las relaciones entre Washington y Manila son sólidas y evocó una posible reunión informal hoy.

Filipinas es uno de los principales aliados de EEUU en esta región del Pacífico, hacia donde Obama ha reorientado su política exterior y económica para contrarrestar el auge de China. La cancelación del que iba a ser el primer encuentro entre Obama y Duterte supone un importante varapalo a las relaciones diplomáticas, que han sufrido un notable deterioro desde la elección del presidente filipino.

Este encontronazo dominó ayer la cumbre de la Asean, que debía centrarse en la economía y la seguridad, avanzando en su integración y tratando de evitar exponer sus diferencias en relación al conflicto del mar de China Meridional, que enfrenta a Brunei, Filipinas, Malasia y Vietnam con las autoridades chinas.

La economía centrará buena parte de la agenda del grupo que el 1 de enero se constituyó formalmente como bloque, con 622 millones de habitantes y un PIB conjunto de 2,2 billones de euros. Con ello, la Asean persigue crear un mercado y una base de producción única, con libre circulación de capital, servicios, bienes, inversión y personal cualificado.

 

90 millones para retirar bombas de guerra

EEUU aumentará a 90 millones de dólares las ayudas a Laos para retirar los explosivos sin detonar que la aviación estadounidense arrojó durante la Guerra de Vietnam y que siguen esparcidos en varias zonas del país.

La cifra casi duplica el dinero destinado por Washington en los últimos 20 años al programa de recuperación e inutilización de los más de dos millones de toneladas de bombas que EEUU lanzó entre 1964 y 1973.

La aportación, para los próximos tres años, fue anunciada en Vientián por Barack Obama, quien en la primera visita de un presidente estadounidense al país ofreció cooperación para cimentar la amistad entre ambas naciones. Aclaró que EEUU respeta la soberanía de la comunista Laos y que no pretende imponer su visión sino favorecer la colaboración en seguridad, sanidad y educación, entre otros.

Obama admitió que los dos países seguirán teniendo diferencias sobre los derechos humanos o la libertad de expresión, cuestiones que defendió de forma genérica, pero que evitó recriminar directamente al Gobierno laosiano.GARA