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BERLÍN

Merkel pide ante otra cita electoral hacer frente a la xenofobia

La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró que se toma en serio las preocupaciones de los ciudadanos, pero subrayó la necesidad de que la política haga frente al «potencial» de odio a los extranjeros existente en el país. Tras perder en Mecklemburgo-Pomerania frente a la xenófoba AfD, el domingo tiene otra crucial cita electoral en Berlín.

En una entrevista publicada ayer en el diario “Der Tagesspiegel” ante la celebración este domingo de elecciones regionales en la ciudad-estado de Berlín, la canciller Angela Merkel recordó los ataques ultraderechistas de los años 90 y la muerte de nueve inmigrantes y una agente de Policía perpetrados entre 2000 y 2007 por el grupo autodenominado «Clandestinidad Nacionalsocialista» (NSU).

A su juicio, son muestra del «potencial para el resentimiento, incluso para el odio contra los extranjeros» que hay en el país y «la tarea de la política es enfrentarse a eso», aunque, recalcó, «una abrumadora mayoría de los alemanes» está dispuesta a ayudar a las personas que lo necesitan.

A un año de la apertura de fronteras a los refugiados, la CDU de Merkel fue superada por la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en Mecklembourg-Pomeranie, circunscripción electoral de Merkel.

La AfD, que según las últimas encuestas podría obtener hasta el 14% de los votos en las elecciones en Berlín, fue lanzada en 2013 siguiendo una línea antieuro. El pasado otoño adoptó un discurso antiinmigración, que tras el cierre de la ruta de los Balcanes se transformó en un programa antiislam.

La gran coalición que lideran los socialdemócratas en la ciudad-estado de Berlín con la CDU como socio menor podría no tener los apoyos suficientes para reeditarse, pero Merkel evitó hablar de futuras nuevas alianzas.

Criticó al candidato socialdemócrata, el actual alcalde-gobernador, Michael Müller, por «eludir responsabilidades» ante cuestiones importantes como la integración de los refugiados. «Por propia experiencia sé que un jefe de gobierno siempre es responsable y se le hace responsable en las elecciones», manifestó. Merkel explicó que su trabajo como canciller es ofrecer soluciones tangibles y defendió la gestión de la crisis de los refugiados porque, afirmó, se ha avanzado «un buen trecho» a lo largo del último año con medidas destinadas a reducir la llegada de solicitantes de asilo.

Preguntada sobre si la crisis de los refugiados es el mayor desafío de sus tres legislaturas, reconoció que es «un gran reto», pero no el primero, y recordó la crisis del euro o el conflicto en Ucrania.

Tanto en Europa como en Alemania son varias las voces que acusan a Merkel de haber provocado un efecto llamada que atraerá a más migrantes.

Con la llegada de cientos de miles de hombres, mujeres y niños que huyen de la guerra y la pobreza, han aparecido «nuevos temores» en la primera economía europea, lo que ha provocado que el debate político dé «un giro hacia la derecha», explicó a AFP Gero Neugebauer, de la Universidad Libre de Berlín.

 

Luxemburgo pide expulsar a Hungría de la UE por su dura postura frente a los refugiados

El ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, pidió expulsar a Hungría de la UE por su política hacia los refugiados. «No podemos aceptar que los valores básicos de la Unión Europea sean infringidos de manera tan seria», sostuvo en declaraciones al diario alemán “Die Welt” días antes de la cumbre de los países de la UE menos Gran Bretaña en Bratislava.

«Cualquiera, como Hungría, que construya vallas contra los refugiados de la guerra o viole la libertad de expresión y la independencia del sistema judicial debería ser excluido de la UE temporalmente, o si es necesario para siempre», subrayó. El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha enfadado a muchos de sus socios de la UE por su dura retórica en materia migratoria y por la construcción de la valla en la frontera sur de Hungría para impedir que inmigrantes y refugiados entren en el país.

Asimismo, ha convocado un referéndum para el 2 de octubre contra futuras cuotas por parte de la UE sobre el número de refugiados que cada país debería asumir.

Los gobiernos checo y alemán rechazaron de inmediato la petición de Luxemburgo. Praga la tildó incluso de «absurda, loca e inútil».GARA