Koldo LANDALUZE
«Neruda»

Un poeta comunista perseguido por su fantasma de uniforme

Pocas veces se tiene la posibilidad de disfrutar tanto con un guión tan abracadabrante como el que ha contado el autor de “No” en su original acercamiento al episodio de perseguido que vivió el poeta Pablo Neruda en Chile. Con semejante base dramática, firmada por Guillermo Calderón, la película va más allá en su pretensión de ser un mero biopic basado en la premisa del cazador policía y la presa célebre porque a medida que avanza, la historia subvierte la lógica y la realidad para disfrazarse, como el propio Neruda de Lawrence de Arabia, en una de las mejores plasmaciones que ha dado el cine en torno a una figura como la del poeta, senador y comunista que soñaba con ser Raymond Chandler. Siguiendo los códigos del cine negro clásico, Larraín elabora una antológica cacería fantástica brillantemente interpretada por Luis Gnecco y Gael García Bernal. El primero borda su interpretación del poeta que disfruta con sus excesos y sensibilidad mientras recitaba en los burdeles aquello de “Puedo escribir los versos más tristes esta noche...”. Mientras que el segundo ejecuta a la perfección el rol del perro de presa insaciable que, a medida que avanza en su cacería de su amado-odiado poeta, descubrirá su verdadero papel en la que, a distancia prudente, asoma el cronopio Julio Cortázar que firmó “El perseguidor”.