Nagore BELASTEGI-Miren SÁENZ
DONOSTIA

Sigourney Weaver ya tiene la farola plateada de la «exótica» Donostia

Tras numerosos memorables papeles, entre ellos la teniente Ripley, el cual Juan Antonio Bayona definió como «el personaje femenino más famoso de la historia», la neoyorkina Sigourney Weaver ya tiene el Premio Donostia por su trayectoria. Sin embargo, no es la primera vez que acude a la capital guipuzcoana. Zinemaldia fue su primer festival, cuando llegó en 1979 para presentar «Alien». Ahora llega con la adaptación al cine de «Un monstruo viene a verme».

«Muchas gracias queridos amigos, eskerrik asko!», agradeció Sigourney Weaver el Premio Donostia recién entregado por Juan Antonio Bayona, el director de la cinta que presentan en Donostia, “Un monstruo viene a verme. Recordó su paso por Donostia, cuando en 1979 vino a presentar “Alien” y aseguró que aquello era «exótico para una chica de Manhattan».

Tras agradecer a Bayona el que haya contado con ella para el film, dijo que «San Sebastian es un cruce de la cultura para muchos, sé que comenzando aquí la película se expanderá por todo el mundo».

Previamente Sigourney Weaver posó en el photocall, que a ella se le organizó en el Aquarium, para asistir posteriormente a la rueda de prensa matinal que se realiza en el Kursaal. La sala repleta hasta la bandera, algo solo habitual en las grandes ocasiones, la recibió con aplausos y un sinfín de periodistas móvil en mano inmortalizando el momento y con la batería de camisetas, cuadernos y libros preparados para que la estrella depositara su firma.

La actriz neoyorquina, como en los viejos cines, tuvo sesión doble –primero en solitario y luego con el equipo de la película–, para diferenciar el Premio Donostia de la abuela rigurosa que interpreta en la última película de Juan Antonio Bayona al que ella llama Jota.

Elegante y pausada, Weaver demostró su saber estar desde el primer momento, cuando se le resistió el aparato de traducción simultánea y tras conseguirlo bromeó con el traductor situado en un piso superior: «Parece que está a mi lado».

Y es que a sus 66 años a la de Manhattan le sobran tablas. Su historia es conocida y ayer surgieron algunos trazos como cuando se le preguntó por esa imagen del documental de Ron Howard en la que aparece asistiendo a un concierto de The Beatles en Los Ángeles. «Fue una noche fantástica, tenía 11 años y casi 2 metros de altura –mide 1,82 metros y lo que de niña le resultaba motivo de chanza luego ha sido una ventaja–, así que se me veía enseguida. Esa era la edad perfecta», confesó. Hija de millonarios, su padre fue productor ejecutivo de la cadena NBC y su madre una actriz inglesa que aparcó su carrera para dedicarse a una familia que cambiaba de mansión con demasiada frecuencia, Sigourney –nombre que adoptó en 1963 después de leer “El gran Gatsby”– llevaba el «veneno» de la interpretación en la sangre, puesto que también el hermano de su padre Doodles Weaver era actor y comediante.

Debutó en el teatro en 1973, tras graduarse en Literatura Inglesa, y en el cine en 1977 gracias a que Woody Allen le dio un pequeñísimo papel en la inolvidable “Annie Hall”. Dos años más tarde encarnaba a la teniente Ripley en “Alien”, la primera película de lo que luego sería la saga inaugurada por el director Ridley Scott, que le metió en el celuloide para siempre.

El mundo descubría así que las mujeres estaban perfectamente capacitadas para luchar contra repulsivos alienígenas, mientras Weaver recalaba en aquella edición de Zinemaldia que rememora con agrado y sorna: «Me alegra que alguien recuerde nuestra visita de 1979, cuando muchos de los que estáis aquí no habíais nacido. Yo vine con mis padres. Recuerdo los soldados que nos recibían en la puerta –se refiere a los ezpatadantzaris– en el hermoso teatro del Victoria Eugenia. Entonces me dieron un extraño regalo...».

Aquella fue su primera visita a un festival de cine y a Zinemaldia, aunque 20 años después repetía con “Mapa of Che World” o “Mi mapa del mundo” para regresar ahora por tercera vez como la invitada de honor. «Este premio significa mucho para mí, lo considero un gran reconocimiento por mi ocupadísima carrera. Me vincula más con el Festival y será un aliciente para salir adelante».

El Premio Donostia es el reconocimiento a una trayectoria y la de Weaver es tan prolongada como agradecida. Actriz de recursos, su éxito hay que buscarlo en que ha sabido combinar todo tipo de géneros sin hacerle ascos a casi nada. Las franquicias de “Alien” y “Avatar” han tenido una aliada que se mueve perfectamente en la ciencia ficción porque, visto su recorrido, para ella no existe eso del género menor. Lo ha demostrado con su presencia del cine dramático al fantástico pasando por la comedia.

La inolvidable protagonista de títulos como “Gorilas en la niebla”, “Armas de mujer”, “La tormenta de hielo” o “La muerte y la doncella”, por mencionar algunas de sus actuaciones más destacadas, ha colaborado con realizadores de primera fila. «He tenido la suerte de trabajar con directores extraordinarios. Gente que forma parte de la historia del cine, como Ridley Scott, James Cameron, Woody Allen o Ang Lee –también lo ha hecho con David Fincher, Peter Weir o Roman Polanski–. No puedo comparar a Jota con ninguno de ellos, porque posee su propio talento. Fincher, por ejemplo, es más intelectual; Jota, más... increíble. Con un material tan desafiante Jota ha sido el gran capitán de este barco».

Y luego pasó a Peter Weir, el hombre que enseñó a una mujer que procedía del teatro a moverse en el laberinto del cine al que ella se refirió como «caos»: «En un rodaje pasan muchas cosas que pueden desmantelar el trabajo, ahora que conozco el oficio pienso que he tenido suerte».

«Más ocupada que nunca»

A diferencia de muchas de sus colegas estadounidenses que se sienten olvidadas cuando sobrepasan cierta edad, ella no se ha sentido para nada discriminada: «Jamás he tenido tanto trabajo. Las mujeres fuertes somos el pegamento que mantiene unido al mundo. En Estados Unidos vamos a tener por primera vez una mujer presidenta –en referencia a Hillary Clinton– que ya va siendo hora. Ahora nuestro paisaje ha cambiado y tenemos un perfil alto. En esta película que presento hay dos productoras, es un excelente momento para las mujeres que ocupan altos cargos en la política o el Fondo Monetario Internacional», mencionó.

Su agenda tiene proyectos a la vista, aunque algunos tendrán que esperar. Cuatro “Alien” después, la actriz informaba sobre la quinta. «Me habría gustado rodarla este año, pero la hemos pospuesto ya que tanto Neill Blomkamp –el director– como yo tenemos proyectos entre manos y Ridley Scott no quería que todas las películas salieran a la vez, algo que me parece inteligente por su parte».

Se puso seria cuando le preguntaron que opinaba sobre las situación de los refugiados y respondió: «Es una tragedia humana. Ya hay suficientes monstruos. En Estados Unidos no hemos dejado entrar a los refugiados sirios en nuestro país. No lo entiendo. Ha sido conmovedor los países de Europa que han ayudado. Es muy duro ser madre y no tener un lugar donde estar con tus hijos. Tenemos que trabajar juntos. Espero que con Hillary Clinton desarrollemos otra actitud y sigamos el ejemplo de Canadá que ha acogido a 25.000 refugiados».

También sacó su versión jocosa cuando alguien le sugirió que había sido considerada el prototipo de la belleza: «Es la primera vez que escucho que yo soy la referencia. Eso se lo dirás a todas las actrices que pasan por aquí. Siempre he tenido grandes directores de fotografía que nos han cuidado muchísimo», sonrió atribuyéndoles el mérito.

Tampoco escatimó elogios para J.A. Bayona, del que dijo que «tiene un talento único, lleno de pasión, confianza y honestidad. Pero no quiero que Jota lo oiga porque se viene arriba».

El director catalán le ha convertido en la abuela del protagonista de “Un monstruo viene a verme”, la película que participa fuera de concurso en la Sección Oficial y ayer abrió la sesión matinal y se proyectó tras la gala. «Pensé en Sigourney para este papel después de verla como la bruja de ‘Blancanieves’, que es justo lo que buscábamos para esta historia, aunque luego el personaje tiene otras dobleces. Ella es distinta de otras mujeres guerreras, tiene una sensibilidad latente y es muy perfeccionista», señaló.

La película está basada en la novela de Patrick Ness, quien se inspiró en la idea de la malograda escritora Siobhan Dowd que falleció por cáncer antes de escribirla. Cuenta la historia de Conor, un niño de 12 años que sufre acoso escolar y trata de hacer frente a otro cáncer, el que sufre su madre, a través de los encuentros que mantiene con un monstruo.

Este drama fantástico, que hace llorar al espectador, está protagonizado por el niño Lewis MacDougall, la madre Felicity Jones y Liam Neeson, que pone la voz al monstruo y algo más.