Dabid LAZKANOITURBURU

Si vis pacem...

El rechazo en referéndum al acuerdo de paz del Gobierno de Bogotá y las FARC evidencia las dificultades y problemas que acechan a este tipo de procesos. Sin prejuzgar cómo influirá esta crisis en un proceso, el colombiano, bien sellado judicialmente –que no políticamente–, conviene recordar que, pese a lo que pueda parecer, son más los procesos de diálogo o de paz frustrados casi antes de nacer o que encallan incluso en el último momento que los que resultan exitosos. Y hasta los que acaban con soluciones como el reconocimiento de nuevos países independientes no están vacunados contra la posible deriva en estados fallidos o guerras fratricidas.

Guerra, política y otros medios

Ya lo dijo el general prusiano y reputado teórico de la ciencia militar moderna Von Clausewitz en su famoso tratado. «La guerra es la continuación de la política por otros medios. Se le olvidó añadir «y viceversa». Porque un rápido vistazo a los procesos de paz fracasados o en stand by, que los hay, revela que es precisamente la negativa a que la política se erija como continuación (sustitución en el tiempo) de la guerra por otros medios, en este caso pacíficos, el principal de los escollos a los que se enfrentan muchos de ellos.

Sin obviar la razón política –la razón es un componente necesario pero no suficiente en política–, lo que verdaderamente temen los enemigos de la paz es que el rival cuente con la iniciativa política. Un arma inocua, pero a la vez de construcción masiva.

Paradójicamente, y sin olvidar otros elementos, es precisamente eso, pulso político, lo que ha fallado a los promotores del acuerdo de paz de Colombia, desde el Gobierno del presidente Santos a las FARC.

Tiempo habrá para analizar la debilidad política de una guerrilla que, conviene no olvidarlo, fue obligada a echarse al monte por un Estado asesino y socioeconómicamente depredador. Por lo que toca al presidente, todo apunta a que su insistencia en validar el acuerdo de paz en referéndum respondía a un –a la postre arriesgado– intento de apuntalar su debilidad ante su principal adversario y mentor, Uribe.

Uno y otro, además de la comunidad internacional, saben que es imposible vencer militarmente a las FARC; no digamos construir sin ellas un Estado política y económicamente viable.

Que nadie tiente a la suerte y devuelva a Colombia a una guerra «como la continuación de la política», pero por falta de medios... políticos.

Benetako beldurra politikari diotenean, ezin bakeari ateak behingoz ireki

«Biolentziarik gabe (ETArenari buruz ari da soilik, noski) dena da posible politikan», zioten askok behin eta berriz aurreko hamarkadetan. Erakunde armatuak 2011ko urrian behin betiko su-etena iragarri zuenetik eta ezker abertzaleak inolako trukerik exijitu gabe makina bat pauso eman dituen urte luze hauetan agerian geratu da orduko gezurra. Izan ere, politikari diote benetan beldurra Euskal Herrian bake prozesuaren aurka dauden politikariek. Krisialdi existentziala bizi duen Estatu espainolaren egoeran, gainera, are handiagoa da beldur hori. Nahiago dute gu denok amildegira bultzatzea.

El drama balcánico se hizo cuerpo en un nuevo Estado... fallido

Ocho años después de la independencia unilateral de Kosovo, lograda eso sí con el aval de los bombardeos de la OTAN, el enclave sigue siendo un Estado fallido, donde impera la pobreza, la corrupción y las mafias, y en la que parte de la población reacciona al veto de Serbia y a la podredumbre de su clase política suspirando por la creación de una suerte de Gran Albania con las minorías albanesas en las repúblicas vecinas.

Un conflicto con visos de hundirse en un total empantanamiento

Se acaban de cumplir dos años desde que Ucrania, rebeldes del Donbass y Rusia firmaran los acuerdos de Minsk que, bajo los auspicios de la OSCE, establecen un alto el fuego, la retirada de armamento pesado del frente y la apertura de un proceso político poco definido (¿descentralización, autonomía, autodeterminación?). La guerra repunta periódicamente y el conflicto se pudre. Kiev se asoma al abismo de un Estado fallido y el Donbass se queda en el limbo.

Nagorno Karabakhen auzia, urrunegi ala gertuegi?

40.000 hildako eragin zituen 1988an Armeniaren eta Azerbaijanen arteko gerrak Sobietar Batasuna hilzorian zegoela. Armeniarrak gehiengoa ziren eta dira Karabakh Garaian baina Bakuren esku zegoen sobietar garaian. 1992an Minsk-eko Taldea osatu zuten Errusiak, Ameriketako Estatu Batuek eta Frantziak, besteak beste bake akordioa lortze aldera. Hamalau urteren buruan, aurtengo udaberrian, dozenaka hildako egon dira bi aldeen artean mugan izan diren liskarretan. Mendebaldearentzat urrutiegi eta Moskurentzat gertuegi, Errusiak Armeniaren alde egin bai, baina Azerbaijanen haserrea piztea ez du nahi. Ondorioa, usteltzen ari den egoera. Noiz arte?

Erdogan sacrifica a los kurdos para apuntalar su poder

Todo parecía a punto en 2015. El alto el fuego anunciado por la guerrilla del PKK en el Newroz de 2013 y la retirada ordenada de columnas de milicianos al otro lado de la frontera, junto con el diálogo en torno a una solución política con el líder kurdo, Abdullah Oçalan, en su celda de la prisión de Imrali, alumbraron incluso un compromiso de desarme kurdo. Pero el contexto electoral, con un presidente turco, Recep Tayip Erdogan, debilitado por las críticas de la oposición y por una crisis interna con su aliado islamista Fetullah Güllen, se asoció con unos oscuros atentados antikurdos atribuidos al ISIS que llevaron al traste el proceso y han ahogado en sangre la región.

25 años de deshonra para el mundo entero

Se cumple un cuarto de siglo del acuerdo para un referéndum de autodeterminación de Sahara y los saharauis agonizan en el desierto o bajo la ocupación marroquí mientras los jóvenes se ven tentados por el dinero y las promesas de grupos yihadistas como el ISIS. Marruecos mantiene su «oferta» de autonomía y se vale del veto de Francia –con la complicidad de la antigua metrópoli española– en la ONU, a la que Rabat ningunea e incluso expulsa de los territorios ocupados. No contento con ello, el rey Mohamed viola los acuerdos militares ocupando zonas liberadas como El Guergarat. Nadie hace nada.

En guardia ante nuevas trampas o presiones

La derrota en el referéndum sobre el acuerdo de paz, siquiera por escasos 50.000 votos, abre un escenario de interinidad en el que los proclamados vencedores, en torno al expresidente Alvaro Uribe, podrían aprovechar la debilidad del actual Gobierno de su noqueado rival, Juan Manuel Santos, para imponer nuevas condiciones a las FARC. O, peor aún, que el lobby terrateniente y retrógrado que lideró el «no» promueva un tensionamiento con ataques contra mandos intermedios guerrilleros que bajaron del maquis, lo que traería a la memoria la campaña de liquidación contra la Unión Patriótica, que en los ochenta acabó con otra esperanza de paz. Escenarios pesimistas frente al compromiso firme de las FARC, que han hecho suyos todos los guerrilleros casi sin disidencia

Un sueño de independencia deviene en pesadilla

Cinco años después de la independencia de Sudán del Sur, el país se desangra en una guerra civil entre el presidente, Salva Kiir, (de etnia dinka), y el vicepresidente, Riek Machar, (de etnia nuer). Dos años después de la fundación del país, que descansa sobre enormes reservas de petróleo, se inició una guerra que ha dejado 50.000 muertos, cientos de miles de desplazados y ciudades enteras arrasadas, y que no cesa pese a la mediación de la ONU.

Sudán del Sur, habitada principalmente por poblaciones cristianas y animistas, quedó bajo el dominio del sector norsudanés, desde su independencia en 1956. El unionismo de Jartum provocó una guerra civil intersudanesa (China apostó por mantener el estado unido y EEUU por la secesión) acabó con un acuerdo de paz en 2005 en la ciudad keniata de Naivasha, que permitió en 2011 el referéndum de independencia. De la pesadilla, al sueño y a la pesadilla.

Una paz rehén de una transición inacabada

La Conferencia de Panglong siglo XXI reunida en setiembre por la lideresa birmana, Aung San Suu Kyi, en memoria a la convocada por su padre en 1947 y que intentó cimentar sobre bases multiétnicas la independencia birmana, acabó con la deserción del principal grupo armado, el Ejército Wa, y las críticas de la guerrilla de la minoría kachin. Todo ello sin olvidar que otros grupos armados no fueron invitados. La Junta militar, que oficialmente dejó el poder, bloquea toda iniciativa de solución.

20 años de diálogo a varias bandas

La apertura ayer de un nuevo ciclo de conversaciones de paz en Oslo del Gobierno filipino y la guerrilla comunista del NPA abre esperanzas sobre la reanudación de unas negociaciones que se iniciaron en 1996 y que buscan acabar con un conflicto que dura ya 45 años. Más complejo se antoja el conflicto de Manila con los soberanistas moros de las islas mayoritariamente musulmanas del sur, cuyo movimiento ha sufrido continuas escisiones relacionadas con las negociaciones y tiene además la presión de los yihadistas de Abu Sayaf. Filipinas sigue pagando por los largos años de dictadura de ultraderecha (Marcos) y de discriminación sectaria.