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Trump afronta a la defensiva el debate con Clinton

Con electos y cargos de su propio partido cuestionando su candidatura, el aspirante republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, afrontaba anoche un debate decisivo marcado por el escándalo por el vídeo con comentarios machistas divulgado el sábado. Confiando en el apoyo de sus votantes, Trump asegura que no renunciará.

El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, abordaba ayer un crucial debate televisado con su rival demócrata, Hillary Clinton, en una difícil posición después del escándalo por sus comentarios machistas divulgados en un vídeo. El magnate y la ex secretaria de Estado de enfrentan cara a cara y ante dos moderadores y un panel de electores indecisos.

Pero Trump llega esta vez con el rechazo de electos y cargos de su propio partido, que quieren distanciarse de los comentarios difundidos, en los que se jacta de acosar a las mujeres: «cuando eres una celebridad te dejan hacer lo que quieras». Los medios estadounidenses han revelado en las últimas horas otras declaraciones de tono parecido.

A menos de un mes para la votación, si hasta ahora sus insultos hacia mujeres, negros, ¡inmigrantes o musulmanes no habían provocado reacciones en su partido, ahora cargos republicanos, como el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, han empezado a cuestionar la candidatura.

Medio centenar de electos republicanos han criticado las manifestaciones, y entre los que ya han anunciado que no votarán por él se encuentran los excandidatos John McCain y Mitt Romney, el exgobernador de California Arnold Schwarzenegger o la ex secretaria de Estado Condolezza Rice. El influyente líder republicano en el Congreso, Paul Ryan, dijo estar «enfermo» por las palabras de Trump. Incluso su aspirante a la vicepresidencia, Mike Pence, ha marcado distancias, aplaudiendo, eso sí, que Trump haya presentado excusas. La propia esposa del magnate, Melania Trump, tuvo que reconocer que los comentarios eran «inaceptables y ofensivos», pero pidió a los estadounidenses que perdonaran a su marido.

«Nunca me doy por vencido»

En la misma línea le defendió el exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani. «Donald Trump está preparado para el debate de esta tarde contra Hillary Clinton. Los dos tienen cosas personales de las que avergonzarse, como todos», aseguró Giuliani.

Frente a las peticiones para que abandone la candidatura, el magnate dijo que había «cero posibilidades» de que ello ocurriera. «Nunca, jamás, me doy por vencido», proclamó. Y se jactó de contar con «un apoyo extraordinario a excepción de algunos en al dirección del partido», a los que tachó de «moralistas hipócritas». En el debate Clinton intentará demostrar que el vídeo refleja el verdadero carácter de su adversario y que no se trata de un incidente aislado. Por su parte, Trump puede verse obligado a aplicar una estrategia de reducción de daños insistiendo en las disculpas. Pero su anuncio de que atacará a su rival a través de su marido, el expresidente Bill Clinton, no parecía augurar un debate de gran nivel. Trump difundió un vídeo de tres mujeres que denunciaron haber sido violadas por el expresidente con el consentimiento tácito de Hillary.

Impuestos, armas, Irak, sistema sanitario o educación

El segundo debate en la carrera final por la Presidencia de EEUU estará destinado a convencer a los votantes indecisos, contará con una mayor participación de la audiencia, y estará marcado por temas como la bajada de impuestos, los planes fiscales o la contradicción de Trump sobre si se opuso o no a la guerra de Irak. Clinton y Trump adaptarán su comportamiento a las encuestas sobre el primer debate, que daban a Clinton ganadora. El segundo debate abordará cuestiones que quedaron en el tintero entonces: control y derecho a portar armas, sistema sanitario, responsabilidad gubernamental, educación, legalización de la marihuana, justicia criminal e infraestructuras. Trump cuenta con el exlíder del UKIP británico, Nigel Farage, como asesor. GARA