Oriol ANDRÉS GALLART
Erbil
ASALTO FINAL A MOSUL

Una radio para romper el cerco del ISIS en Mosul

Desde Kurdistán Sur (Irak), una emisora independiente, Radio Alghad (El Mañana en árabe) intenta devolver la voz a la población atrapada en la Mosul desde la captura de la ciudad en junio de 2014 por parte de los yihadistas del Estado Islámico (ISIS).

En el estudio suena de fondo música oriental mientras el locutor habla de las propiedades del zumo de limón como remedio casero para limpiar el riñón y fortalecer el sistema inmunológico. El programa, sobre medicina alternativa, sería normal en cualquier emisora si no fuera que esta radio emite para la población de la ciudad de Mosul, bajo control del Estado Islámico.

En onda desde marzo de 2015, el objetivo de esta radio independiente que emite desde territorio kurdo iraquí es «romper el aislamiento de las personas que viven atrapadas en Mosul, devolverles el sentido de normalidad», explica Mohamed Musalli, que a sus 28 años es uno de los impulsores de la radio y su actual director.

Una tarea que desafía el estricto control que el ISIS impone a sus ciudadanos a nivel de costumbres y usos pero también de pensamiento, con grandes dosis de propaganda y adoctrinamiento. A modo de declaración de intenciones, el primer programa que emitieron en vivo se llamaba «Esfúmate y desaparece», en contraposición a la consigna del ISIS de «quedarse y expandirse». Ello les ha valido amenazas de los yihadistas. Por seguridad, tanto la localización de su sede como la identidad de la mayoría de sus locutores se mantiene en secreto.

Radio Alghad (El Mañana) está en onda 24 horas al día, siete días por semana, con una parrilla de 16 programas, que van desde el entretenimiento a la música –árabe y pop–, pasando por los informativos, deportes, contenidos infantiles o para mujeres.

Guerra de frecuencias

Musalli, nombre ficticio, consiguió huir con su familia de Mosul el mismo día que entraron los yihadistas, el 10 de junio de 2014. En la ciudad –la segunda de Irak– había unos 30.000 soldados iraquíes y los miembros del ISIS, alrededor de un millar, ni soñaban con tomar su control. Pero el historial de atrocidades que precedía a los yihadistas provocó una estampida de los militares. «Primero huyeron los oficiales. A los civiles que huíamos en coche nos obligaron a liberar la carretera para dejar paso a los blindados», recuerda Musalli, ingeniero de telecomunicaciones. Al poco de llegar al Kurdistán iraquí, ante las dificultades para comunicarse con sus seres queridos en Mosul, empezó a idear maneras de romper el asedio interno que imponía el ISIS. «Hay casi dos millones de personas en Mosul, es una gran cárcel», exclama. Descartado el internet por el férreo control que ejercían los yihadistas sobre este, la radio pareció una buena opción.

Y así se demostró, a la vista de los esfuerzos que el ISIS ha puesto para desactivarlos.

La guerra en las ondas empezó tan pronto se puso en marcha la radio. Y no fue tarea fácil. Había que instalar los transmisores en la misma línea de frente, a apenas dos kilómetros de las posiciones de los francotiradores del ISIS. «No encontraba a nadie que quisiera ir», explica Musalli, quien finalmente decidió ir en persona con un pequeño equipo. «Estuvimos todo el día trabajando y a la una de la madrugada grabé el primer mensaje: 'Queridos oyentes, esto es Radio Alghad”». Y funcionó. A partir de allí empezaron a emitir, al inicio solo música árabe.

Pero apenas una semana después, los técnicos del ISIS ya habían conseguido bloquear su frecuencia. Alghad se mudó a una nueva frecuencia pero los yihadistas la bloquearon otra vez en solo dos días. En el tercer intento, su radio estaba bloqueada en tan solo una hora. Así que Musalli y su equipo volvieron a la línea de frente para instalar transmisores más potentes. «Ahora tenemos tres frecuencias, una bloqueada por el ISIS, otra que emite con normalidad y una tercera donde nuestras emisiones bloquean la señal de una radio» de los yihadistas.

 

Participación y prevención

Desde el principio de las emisiones, Radio Alghad ha fomentado, como un elemento esencial, la participación de los oyentes de dentro Mosul. «Es su manera de clamar que existen, de hacer oír su voz a la vez que se genera comunidad»≠, reflexiona Musalli. Si el mero hecho de escuchar esta radio libre en Mosul es ya un acto de valentía, el hecho de llamar en directo supone un gran riesgo. Sin embargo, hay habitantes de la ciudad que asumen el desafío. A veces llaman para compartir sus problemas e historias personales, a veces como una forma de liberación: «Los programas de música son los más populares, la gente llama, pide una canción y la canta en vivo», explica Musalli. El ISIS prohíbe a sus «súbditos» tanto escuchar música como poseer teléfonos móviles.

La participación de los oyentes también sirve como forma de comunicación de Mosul con el mundo exterior, explica, y pone el ejemplo de una mujer mayor que recientemente llamó desde fuera la ciudad para que sus nietos, dentro, escuchasen su voz.

De vez en cuando incluso reciben llamadas de miembros del ISIS, que en la mayoría de casos solo lanzan amenazas o eslóganes. «Pero ello nos motiva y atrae más oyentes», explica Musalli. Por esta razón, no censuran ninguna llamada.

Uno de sus programas más preciados se llama «El Estado Islámico en relación al Islam y la Civilización». Conducido por un erudito del Islam, su objetivo es analizar el régimen impuesto por los yihadistas desde una perspectiva científica y religiosa. «Creemos que no se trata solo de luchar con armas y matar milicianos sino de hacerles entender por qué lo están haciendo mal y por qué son un objetivo. A la vez queremos prevenir que más gente sea reclutada». Ocasionalmente, y desobedeciendo la consigna de sus líderes, miembros del ISIS han llamado para expresar opiniones en los debates en vivo del programa.

Su lucha es también una batalla contra el estigma: «Muchos iraquíes acusan a los ciudadanos de Mosul de dar apoyo al Estado Islámico. Nuestra radio demuestra que no es así, que quieren resistir y esperan la liberación», asegura Musalli.

Mosul ha sido históricamente una ciudad multicultural, si bien la mayoría de sus habitantes son suníes. Favorecida durante el mandato de Sadam Hussein, a raíz de la ocupación estadounidense de 2003, la ciudad se sumió en un espiral de violencia que se prolongó intermitentemente hasta 2014, a la vez que sufría el sectarismo y la represión del gobierno del entonces primer ministro chiita Nuri al-Maliki.

Por ello, muchos habitantes de la ciudad, cansados de abusos y muerte, no vieron en un primer momento con malos ojos la entrada de los yihadistas, que se decían libertadores de los suníes y que inicialmente trajeron orden y una mejora de los servicios. Pero no tardaron mucho en mostrar su cara real, para horror de los habitantes que quedaron atrapados.

Además, las condiciones de vida se han deteriorado mucho desde entonces, especialmente desde que el gobierno de Bagdad dejó de pagar los salarios a los antiguos funcionarios públicos de la ciudad en julio de 2015. Hay problemas de suministro de electricidad y agua y también escasea la comida y las medicinas. Así, los consejos del programa sobre medicinas alternativas de Radio Alghad son de gran importancia.

Pero la oposición existe dentro de Mosul. En los últimos meses, los muros de las calles de Mosul se han llenado de pintadas con la letra «M», la primera de la palabra en árabe muqawama (resistencia). Seis activistas de la campaña «M» fueron ejecutados por el ISIS en agosto. También ha habido ataques contra miembros del ISIS dentro de la ciudad.

Un trabajo de riesgo

La mayoría de locutores de Radio Alghad tienen aún familiares dentro de Mosul y prefieren mantener su anonimato para evitar represalias. Pero unos pocos, ya sea porque son conocidos, ya sea por convicciones, dejan de lado el miedo y se presentan con su nombre.

Es el caso de Mohamed Al-Zakaria. Antes de la llegada del ISIS, este joven era ya un popular activista de la ciudad. Ahora conduce un programa sobre cultura e historia de Mosul. «Doy la cara porque creo que una de las razones por las que el ISIS está en Mosul y nosotros fuera es que el miedo nos ha llevado a renunciar a ser personas reales. Quiero servir de ejemplo para que más gente recupere la valentía». El estreno de su programa, emitido en directo a través de Facebook, tuvo más de 100.000 visualizaciones, con llamadas desde Europa y EEUU.

Musalli no considera que su labor vaya a acabar con la tan esperada y probablemente próxima liberación de Mosul: «Nuestro mayor trabajo empezará entonces. Tenemos que contribuir a facilitar una sana comunicación entre la gente. Habrá que hacer mucho trabajo de estabilización y llevar a cabo un periodismo por la paz».

 

El avance militar va de la mano de las rivalidades diplomáticas

El Ejército iraquí proseguía su avance desde el sur hacia Mosul y tomó el control de las aldeas de Al Lazaka y Al Hud, cercanas a la ciudad de Al Qayara, arrebatada al ISIS en agosto y base desde la que remontan el Tigris en dirección a la capital del califato, situada a 70 kilómetros.

Grandes columnas de humo negro se elevaban sobre los pozos de petróleo, incendiados por el ISIS en su retirada para impedir la visibilidad de los aviones.

Desde el este, los milicianos kurdos (peshmergas) seguían avanzando y se hicieron con el control de localidades en su día habitadas por cristianos y por iraquíes de la minoría shabak como Bartala y Basajra.

El primer ministro turco, Binali Yildirim, aseguró que cazas turcos participan ya en los bombardeos de la coalición liderada por EEUU contra Mosul. El Gobierno de Bagdad rechaza la participación de Turquía en la ofensiva sobre la segunda ciudad iraquí.

EEUU informó de 52 bombardeos sobre en las últimas 24 horas sobre Mosul, desde donde llegaban testimonios sobre una ciudad con las calles vacías y oscurecida por los fuegos de diversión.

Obama y las cancillerías occidentales preparaban una cumbre mañana en París a la que Irán no ha sido invitada. GARA