Al menos 30 civiles, entre ellos varios niños, murieron a manos del Estado Islámico (ISIS) ayer en Ghor, en el centro de Afganistán, según denunciaron las autoridades locales. «El ISIS mató a alrededor de 30 civiles, entre ellos varios niños, que había tomado como rehenes», dijo a AFP Nazir Jazeh, gobernador de la provincia de Ghor. Hasta el momento, el ISIS había reivindicado dos ataques contra la comunidad chií de Kabul –85 muertos y más de 400 heridos el 23 de julio y 18 muertos y 50 heridos el 10 de octubre–.

«Las fuerzas de seguridad con la ayuda de los habitantes del lugar llevaron a cabo el martes una operación en la que murió un comandante del ISIS llamado Faruk. En represalia, los combatientes del ISIS secuestraron a una treintena de lugareños, en su mayoría pastores. Esta mañana –por ayer– varias personas de la región encontraron sus cuerpos», afirmó el gobernador.

Según un portavoz provincial, Abdul Hai Jatebi, los cuerpos estaban acribillados a balazos. «El comandante Faruk murió cuando los lugareños querían impedir que los combatientes del ISIS robaran el ganado», agregó.

El presidente de Afganistán, Ashraf Gani, condenó este «crimen brutal» y prometió «vengar la sangre de los ciudadanos del país». «Los autores se enfrentarán un día como criminales de guerra y en los tribunales de Justicia a la ley y al pueblo afgano», dijo en un comunicado.

Talibanes cortan la carretera

Los talibanes negaron cualquier responsabilidad. «El Emirato Islámico está profundamente apenado e impresionado por este incidente desgarrador, que no tiene nada que ver con los muyahidines»», declaró el portavoz talibán Qari Yusuf Ahmadi.

Por otra parte, los talibanes cortaron ayer la autopista que une Kabul con Kandahar, poco después de un ataque contra la principal localidad de la provincia de Vardak.