Dos terremotos de magnitud 5,5 y 6,1 sacudieron ayer el centro de Italia con dos horas de intervalo y pudieron sentirse en toda la capital del país, Roma, donde se registraron fuertes temblores. La última sacudida pudo sentirse a las 21.19 y su epicentro se situó en el municipio de Ussita, en la región central de Las Marcas, a unos 180 kilómetros de Roma. La primera sacudida se registró a las 19.11 en una zona próxima a Castelsantangelo sul Nera, en la misma región, con una magnitud de 5,4 y a unos 10 kilómetros de profundidad.

«Muchas casas se han derrumbado, también ha caído la fachada de la iglesia», declaró el alcalde, Marco Rinaldi, quien añadió que «el segundo seísmo ha sido más largo, ha sido terrible». Al cierre de esta edición, solo se habían notificado dos heridos en Visso, a unos kilómetros de Ussita. También se produjeron daños en Norcia y en Amatrice, golpeada con dureza el pasado 24 de agosto.

En Roma pudo verse a gente asustada saliendo de sus domicilios a la calle y a personas gritando «terremoto» desde las ventanas. A última hora se estaban verificando posibles desperfectos. «Esto es el caos, la gente grita», resaltó el vicealcalde de Arquata del Tronto, Michele Franchi. «No sé nada por ahora, no sé si hay daños, estamos realizando las comprobaciones necesarias, pero la situación psicológica de la gente es trágica», agregó.

El seísmo se produce dos meses después de que el 24 de agosto un seísmo de magnitud 6 sacudiera el centro de Italia y causara 297 muertos y cuantiosos daños en localidades de Amatrice, Accumoli y Arquata del Tronto. En 2009, el terremoto de L’Aquila causó más de 300 muertos.