GARA
GASTEIZ
OLIMPISMO

Adiós de Maider Unda a sus tres décadas de lucha

Su decisión de retirarse tras los Juegos de Río la tenía «muy meditada».

«No me voy a cansar de dar las gracias, he sido una afortunada, he vivido mi deporte desde amateur a profesional y he alcanzado el gran sueño olímpico que parecía imposible». «Tenía que llegar el día». «La deci- sión está más que meditada». «A primeros de año tuve una rotura de fibras, que no había tenido nunca, que me hizo pensar, aunque tampoco imaginaba estirar mi carrera más allá de Río». Estas fueron algunas de las frases con las que Maider Unda dijo adiós a una carrera deportiva que comenzó en Otxandio, cuando tenía nueve años, y que concluye ahora, a los treinta y nueve, con el reconocimiento público, y con una medalla olímpica, entre sus muchos galardones.

La gasteiztarra, luchadora en todos los significados de la palabra, declaró que «después de ser madre» quería intentar clasificarse para Río 2016 y al no conseguirlo, decidió que su carrera deportiva «había terminado». Emocionada –no pudo evitar las lágrimas– dio «gracias a esas personas que han sabido estar a mi lado porque me han permitido demostrar que se pueden hacer las cosas desde casa y con no tantos medios, pero sí con mucha calidad humana», indicó Unda, quien reveló que tiene un proyecto en mente para enseñar «los valores de la lucha libre» en los centros educativos.

Entre sus agradecimientos dedicó un apartado especial a quien ha sido su entrenador los últimos quince años, Luis Crespo, de quien dijo «ha sabido trabajar conmigo, me ha apoyado y, sobre todo, ha respetado las decisiones que he tomado en cada momento».

Del sambo a las medallas

Unda, natural de Gasteiz y afincada en el barrio de Olaeta, en Aramaio, comenzó a practicar la lucha, en la modalidad de sambo, en Otxandio cuando tenía nueve años. Un par de años después se pasó a la lucha libre. Fueron temporadas en las que entrenó solo con chicos, al ser éste un deporte practicado casi en exclusiva por hombres.

En la segunda mitad de la década de los 90 comenzó a competir y a partir de 2001 se convirtió en la dominadora de la lucha a nivel estatal, sumando 14 campeonatos absolutos.

La propia Unda, al hacer repaso ayer de su carrera, reconoció que se dio cuenta que podía tener posibilidades en la élite mundial «a partir del Campoenato del Mundo de 2007», cuando logró la plaza para los Juegos Olímpicos de Pekín. En China, en 2008, llegaría el quinto puesto y su correspondiente diploma olímpico, antesala de su medalla de bronce en Londres 2012, momento a partir del cual se movió «durante unos años entre las cinco primeras del mundo».

Además de sus dos participaciones olímpicas, entre sus éxitos también destaca la medalla de bronce en el Campeonato Mundial de Lucha en 2009 celebrado en Herning (Dinamarca) y tres medallas en el Campeonato de Europa de Lucha entre los años 2010 y 2013 en Bakú (Azerbayán), Belgrado (Serbia) y Tiflis (Georgia), respectivamente.