Iñaki VIGOR
IRUÑEA

«Tres tristes trileros», un libro sobre el fraude del navarrismo

Víctor Manuel Arbeloa, Jaime Ignacio Del Burgo y Jesús Aizpún, personajes clave en la política navarra, han sido biografiados por José Mari Esparza, Floren Aoiz y Patxi Zabaleta en un solo libro títulado «Tres tristes trileros. Franquismo, transición y territorialidad».

El libro fue presentado ayer en Iruñea por los tres autores junto al editor de Txalaparta Mikel Soto, quien explicó que las biografías de estos tres personajes permiten entender mejor lo que se conoce como Régimen del 78, «un régimen clientelar sobre el que pivotan, aún hoy en día, los resortes del poder en Navarra».

El título del libro se le ocurrió a José Mari Esparza, quien recordó que el personaje que ha biografiado, Víctor Manuel Arbeloa, no aparecía en aquel pareado que se coreaba hace décadas: «Del Burgo, Aizpún, Navarra es euskaldun». Pero precisó que «hoy sí encajaría perfectamente» en ese pareado, porque «pasó de defender posturas vasquistas a defender posturas navarristas». Como muestra de este «chaqueteo», Esparza recordó la jota que llegó a componer el propio Arbeloa a finales de los años 70: «Si alguien duda de que Navarra/ es parte de Euskal Herria/ que pregunte a los navarros/ a la Historia y Geografía». Y a continuación constató la deriva de Arbeloa hacia discursos españolistas tras la ruptura organizativa con el PSE y la creación del PSN en junio de 1982.

«Ahí empezó un declive impresionante del partido. Perdida la identidad nacional, sus dirigentes perdieron toda su decencia», resumió Esparza. También dijo que Arbeloa fue «un personaje clave, en un momento histórico clave y en un partido clave», ya que fue él quien cambió el rumbo de su partido y lo encaminó hacia posturas beligerantes contra la unidad vasca.

Floren Aoiz, por su parte, no ocultó su «mala leche» a la hora de biografiar la figura de Del Burgo. «Si estos tres personajes no hubieran hecho lo que han hecho, en Navarra ahora se viviría mejor», afirmó.

Aoiz recordó la transformación de «la derecha navarra vasquista en antivasquista» y su «ligazón con el franquismo», afirmó que Jaime Ignacio Del Burgo «fue todavía más antivasco que su padre» y remarcó «su odio a la democracia en nombre de la democracia», en referencia a la negativa de Del Burgo a someter el Amejoramiento a refrendo de los navarros.

«Se engañó a Navarra. Durante décadas han dicho y repetido que Navarra será lo que quiera la sociedad navarra, a la vez que construían un armazón institucional cuya finalidad principal era impedir que la sociedad navarra pudiera decidir», agregó.

Patxi Zabaleta ha biografiado a Jesús Aizpún, muerto en 1999, veinte años después de que fundara UPN junto con otras seis personas «sin que se hiciera congreso alguno y sin darle contenido ideológico al partido».

«Aizpún no estableció ni transmitió una ideología propiamente dicha como seña de identidad de UPN. Su identidad se resume en una oposición al nacionalismo vasco. El encefalograma ideológico de UPN es plano», resumió Zabaleta.

Tras analizar el montaje de la derecha navarra en torno a los Fueros y a los derechos históricos, calificó de «aberración» la evolución del navarrismo, «porque lo convirtieron en antivasco», y aseguró que fue un proceso «teledirigido por los servicios secretos del Estado».

«Los defensores de Navarra han sido vasquistas siempre, hasta que llegó la intervención del Estado», remarcó Zabaleta durante la presentación. A su juicio, este libro «es más una reflexión» que tres biografías de «tres trileros», y es también una invitación a los navarros para abordar cuestiones que les siguen afectando en la actualidad.