Txisko FERNÁNDEZ
DONOSTIA

China mantiene en sus manos gran parte de la deuda de Estados Unidos

Entre Japón y China atesoran el 37,2% de la deuda de Estados Unidos en poder de otros países. Esto se explica, por un lado, porque los dos países asiáticos cuentan con grandes excedentes comerciales y, por otro, porque los bonos del Tesoro de EEUU siguen siendo el refugio preferido para los ahorradores. Donald Trump parece dispuesto a dirigir a EEUU hacia una batalla comercial con China, país que, paradójicamente, es uno de sus principales acreedores.

El hecho de que el último ránking oficial sobre los tenedores extranjeros de deuda publicado por el Tesoro estadounidense haya colocado en el primer puesto a Japón no cambia el fondo de la cuestión: China y Estados Unidos mantienen una clara relación de interdependencia económica que les une más de lo que, por el momento, les pueden separar otras cuestiones de trasfondo geopolítico.

Como se observa en la tabla insertada en esta misma página, Japón ha recuperado el rol de mayor acreedor de EEUU, superando a China como el país que mayor volumen de deuda estadounidense atesora, con un total de 1,13 billones de dólares (1,07 billones de euros) en octubre, una cifra que representa el 18,7% del total de deuda de EEUU en poder de extranjeros.

China se había mantenido al frente de esta clasificación, que se realiza mensualmente, durante los últimos ocho años. Además, como refleja el gráfico de la siguiente página, entre 2008 y 2011 Pekín aumentó notablemente el capital invertido en bonos del gigante norteamericano. Lo pudo hacer debido al gran excedente comercial acumulado durante esta etapa de “despertar” de la economía china. Además, hay que tener en cuenta que estos datos oficiales no suman a la cifra asignada a «China continental» (1,11 billones de dólares) la deuda de EEUU adquirida por Hong Kong (que en octubre pasado ocupaba el décimo lugar con 186.000 millones de dólares), así como tampoco lo hace con la de Taiwán (en el noveno puesto con 188.000 millones).

China ha cedido su puesto como mayor tenedor de deuda estadounidense al registrar en octubre un descenso de 41.300 millones de dólares (39.334 millones de euros). Pese a ello, sigue siendo un importe considerable, ya que representa el 18,5% del total de la deuda de EEUU en manos extranjeras.

Trump y la OMC

El nivel de dependencia mutua entre China y EEUU se ha puesto de nuevo de relieve tras la victoria de Donald Trump en las elecciones del 8 de noviembre. El magnate neoyorkino ya puso en la diana de sus críticas al gigante asiático durante la campaña, puesto que su eslogan “America First” (América primero) está reñido con el auge creciente de China no solo como potencia económica global, sino también como suministrador de productos manufacturados para el mercado estadounidense.

Básicamente, Trump considera que China ha alcanzado una situación ventajosa en el comercio internacional gracias a un dumping más o menos generalizado; es decir, que vende sus productos a un precio que está por debajo del costo real para eliminar a la competencia, que no puede rebajar los márgenes de beneficio sin arruinarse. Y afirma que este es uno de los principales factores de destrucción de empleo en EEUU.

Pekín ya ha respondido a las acusaciones de Trump animándole a debatir en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), una institución que, paradójicamente, hasta no hace mucho tiempo tanto Estados Unidos como la Unión Europea utilizaban como ariete del “libre comercio” contra China.

Precisamente, esta misma semana, muchos de los estados miembros de la OMC han expresado su deseo de que Washington «mantenga su liderazgo» a la hora de promover la liberalización del comercio mundial y defender el papel de este organismo.

«Estamos ahora mismo en un punto crítico en el que el actual Gobierno estadounidense pasará el testigo a una nueva Administración», dijo la presidenta del Órgano de Examen de las Políticas Comerciales de la OMC, Irene Young, tras concluir la revisión de las políticas comerciales de EEUU que ha tenido lugar en Ginebra.

Esta defensa del libre comercio y de la OMC se produce después de que Trump amenazara durante su campaña electoral con sacar a EEUU de la organización, abogara por el proteccionismo para proteger a las empresas estadounidenses y anunciara que una de sus primeras decisiones será retirar a su país del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP).

Tendencia a reducir

Volviendo a la deuda, EEUU, como cualquier otro país, la emite para encontrar la financiación necesaria para afrontar sus gastos e inversiones presupuestarios. China, como cualquier otro país, compra los bonos yankees buscando una rentabilidad segura para sus ahorros.

Pero, coyunturalmente, Pekín también puede utilizarla con otros fines. Por ejemplo, a principios de este año vendió bonos estadounidenses por valor de 18.000 millones (el 1,5% del total que poseía entonces) y, según fuentes del Tesoro de EEUU, lo hizo para mantener la cotización del yuan cerca del dólar.

Además, en este tipo de operaciones suelen estar implicados terceros países. Al menos eso se deduce de informaciones publicadas por Bloomberg, hace ahora un año, en las que se especulaba con la posibilidad de que el Banco Popular de China (BPC) hubiera llegado a tener en Bélgica 200.000 millones de dólares en bonos estadounidenses. Así se podía explicar que el pequeño estado europeo hubiera pasado de contar con 354.00 millones en enero de 2015 a solo 121.700 millones en diciembre de ese mismo año.

Por unos motivos u otros, la evolución registrada durante el año que está a punto de terminar indica que tanto China como Japón están perdiendo interés –relativamente– por las obligaciones estadounidenses.

Según las cuentas que realiza el propio Departamento del Tesoro, China poseía a finales de julio de este año 1,21 billones de dólares en deuda americana, 50.000 millones menos que en el mismo periodo de 2015. Y Japón redujo su cartera en 46.200 millones, situándola en 1,15 billones de dólares. Como ya se ha indicado, en octubre ambos han mantenido la misma tónica.

 

El Banco Central Europeo se toma un respiro navideño

El Banco Central Europeo (BCE) interrumpirá temporalmente, desde el 22 al 30 de diciembre, su programa de compra de activos ante la previsión de un menor volumen de actividad durante la Navidad y con el objetivo de no distorsionar el mercado. A pesar de esta suspensión, el BCE cumplirá con su objetivo mensual de 80.000 millones de euros al haber intensificado el periodo de compras entre el 29 de noviembre y el 21 de diciembre para aprovechar las mejores condiciones del mercado. La institución se comprometió el 8 de diciembre a mantener vigente su programa de compra de activos durante al menos nueve meses más de lo anteriormente previsto. El organismo monetario, que reanudará su actividad el 2 de enero, acumulaba a comienzos de diciembre 1,48 billones de euros en deuda adquirida bajo el paraguas de su programa de estímulo, de los que 1,2 billones corresponden a deuda pública.

En concreto, a 30 de noviembre, poseía 290.377 millones en deuda pública de Alemania; 230.179 millones de la francesa; 200.189 millones de Italia; y 143.676 millones de la española. Estos son los cuatro estados de la eurozona con mayor presencia en la cartera del BCE.GARA