El concepto de viaje es un impulso dramatúrgico de primer orden. Junto a la idealización de esos viajes soñados, de esas tierras desconocidas, de esos transportes legendarios existe una evidencia: las maletas, las cajas, los contendores de esas ilusiones y recuerdos. Los vasco-chilenos de La Llave Maestra se inspiraron para hacer “Nómadas” en su propia experiencia vital y profesional. Siempre se dejan cajas en un lugar u otro, escenografías, atrezzo, y desde esa concreción han tejido un espectáculo formalmente impecable en donde el juego escénico se realiza a través de esas cajas que van adquiriendo poderes mágicos, que se abren y cierran, transforman, liberan o encajonan los anhelos, las vicisitudes, lo coyuntural y lo poético.

Tres actores, unas cajas y muchos elementos circunstanciales para ir narrando a ritmo de escenas encadenadas pero autónomas que se cierran en sí mismas unas historias de viajeros, de personajes que se encuentran siempre en situaciones extraordinarias, es decir apenas se roza el realismo, siempre se establece un código estético diferente y variable según lo requiere cada escena, pero con una constancia en el uso de los materiales más habituales, más reconocibles a los que se les bautiza escénicamente para elevarlos a categoría de significante y de instrumento imprescindible para la narración.

En estos caminos se cruzan géneros, estilos, lenguajes que van configurando la propuesta general. Una iluminación algo ambiental que no acota espacialmente siempre, un vestuario vitalista, una puesta en escena dinámica para que este viaje teatral que nos proponen los tres actores y el maquinista invisible, sea complaciente y nos lleve a un mundo imaginativo lleno de esperanza y alegría de vivir pese a todas las circunstancias y vicisitudes.