Una marcha celebrada el pasado 17 de enero en Barcelona y que congregó a cerca de 1.500 personas es el último episodio de la estrategia de tensión policial planteada por una plataforma sindical que agrupa a agentes españoles, guardias civiles, mossos d´esquadra, ertzainas, policías forales y municipales en todo el Estado. Se trata de la Plataforma Profesional de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y Vigilancia Aduanera, en la que se reúnen centrales minoritarias de los diferentes cuerpos. Entre ellas, Euspel, sindicato de la Policía Autonómica Vasca, y el Sindicato de Policía Foral, que forma parte del CSIF. Estos últimos, sin embargo, no estuvieron en la protesta de Catalunya. Consultadas por GARA, fuentes de ambas centrales no descartan desarrollar protestas como la que tuvo lugar en la capital barcelonesa. De hecho, la próxima reunión de esta coordinadora policial fundada a finales del pasado años será en Gipuzkoa.

La manifestación de agentes generó gran tensión en Catalunya debido a que, en un primer momento, sus promotores aseguraron que se trataba de un acto contra la CUP. De hecho, en uno de sus carteles anunciadores aparecía Josep Garganté, concejal independentista en el Ayuntamiento de Barcelona.

Ante el escándalo generado, los portavoces de las diferentes centrales modificaron su discurso y argumentaron que no se trataba de una protesta contra una formación política, sino contra la «politización» de la labor policial. Según argumentaron, la crítica es extensible a cualquier formación que «politice» el trabajo de los agentes. Este es el mensaje que lanzan tanto desde Euspel como desde el Sindicato de Policía Foral, consultados por este diario. No obstante, tampoco se puede olvidar que, el mismo día de la marcha, Xavi Morón, portavoz del Sindicato de Agentes de la Policía Local (SAPOL) de Barcelona, admitía que «no solo es un acto contra la CUP, que sí que lo es, pero no solo contra la CUP».

«Defensa sin titubeos»

«Quieren politizar la labor policial». Txutxi Castelo, uno de los portavoces de Euspel, argumenta que la plataforma está basada en la defensa de seis puntos recogidos en un manifiesto que busca blindar el trabajo de los agentes. Básicamente, lo que se plantea es la protección jurídica del agente, la limitación de la inhabilitación especial cuando hay funcionarios policiales condenados por abusos, regular la proporcionalidad, dotar de medios idóneos a las policías, mejorar los protocolos de colaboración y poner en marcha planes para minimizar los suicidios que se producen dentro de las comisarías. De fondo, una reclamación: «despolitización de nuestro colectivo, que no sean usadas nuestras actuaciones como arma arrojadiza o se pretenda con ellas un rédito electoral. Así como un apoyo y defensa real sin titubeos por parte de nuestras administraciones». ¿Una demanda que busca tener un cheque en blanco ante cualquier actuación?

Es en este punto donde cada uno de los sindicatos que participan en la plataforma profesional puede llevar su propia agenda. Como indica Jesús Rodríguez, periodista de ‘‘La Directa’’, los agentes catalanes, que forman la denominada «Trisindical» (SPC, CAT y SME, las tres presentes en la acción común) han mantenido una posición beligerante tanto en términos de orden público como hacia el proceso soberanista, la CUP y los «comunes». Ellos siempre han rechazado las acusaciones de vínculos con el unionismo o la extrema derecha, aunque lo cierto es que a la marcha del 17 de enero acudieron miembros de Vox (aunque no le permitieron colocarse en la pancarta), Ciutadans (un concejal bajó del Ayuntamiento cuando se leyeron los manifiestos) y Plataforma per Catalunya.

Lo mismo argumenta Castelo, que rechaza la calificación de «ultras». Considera que también en la CAV observan casos de «politización» y señala al «Horizonte 2016» planteado por la consejería de Estefanía Beltrán de Heredia. «Es como si la Ertzaintza no fuese una Policía democrática», denuncia, admitiendo la existencia de casos «desgraciados» como el de Iñigo Cabacas, aficionado del Atthletic que murió tras recibir un pelotazo. Nadie ha sido condenado por ello.

En el caso de Nafarroa, lo que el sindicato presente en la plataforma estatal critica es, por ejemplo, «el cambio de modelo policial en la Comunidad Foral de Navarra, sin atender a criterios objetivos de interés general y sin la participación de una gran parte de la representación social, tanto política como sindical y de las propias demandas de la sociedad a la que servimos y un gran etcétera de cuestiones que denotan, al menos, el intento de utilización partidista de nuestra institución».

Esta misma central, que ya se concentró ante la sede de EH Bildu, insiste en que «existe un fuerte incremento del malestar de los funcionarios de policía ante la falta de protección jurídica e institucional», lo que le lleva a no descartar «que estas y otras acciones se realicen en Navarra». Lo mismo consideran desde Euspel, encargados de acoger en Gipuzkoa a los delegados policiales en la próxima reunión. Una dinámica que, al menos en Catalunya, ha despertado la sospecha de que tras la reivindicación laboral se esconde una estrategia de tensión.

 

Protestas de Policía Foral y agentes municipales desde el cambio en Nafarroa

El cambio en el Gobierno de Nafarroa o en el Ayuntamiento de Iruñea ha servido para que determinadas centrales sindicales policiales incrementen su presión. Por ejemplo, cuando el Sindicato de Policía Foral se concentró frente a la sede de EH Bildu con caretas de Mari Jose Beaumont., consejera de Interior del Ejecutivo foral. Centrales de la Policía municipal de Iruñea también se han mostrado muy críticos con decisiones del Gabinete de Joseba Asiron, como retirar las porras extensibles.A.P.