Los policías militarizados del estado brasileño de Espírito Santo, que completaban una semana de huelga, volvieron ayer a retornar gradualmente a su trabajo en las calles.

La Secretaría de Seguridad Pública de Espírito Santo comunicó que varios agentes atendieron un llamamiento para concentrarse en la terminal de autobuses y reanudar las labores de patrullaje en Vitoria, la capital del estado, y otros municipios afectados por la paralización de los policías. No obstante, el órgano responsable de la seguridad pública regional evitó dar detalles sobre el número de efectivos que comenzaron a patrullar ni si se trataba de los que estaban ya fuera de los cuarteles cuando comenzó la huelga.

El ministro de Defensa, Raul Jungmann, encabezó una reunión del Gobierno federal con las autoridades regionales para hacer frente a la crisis que en una semana ha dejado 137 homicidios. El ministro instó a los agentes a que volvieran a las calles después de que decidieran permanecer acuartelados, a pesar del acuerdo anunciado la noche del viernes. Además, prolongó la permanencia de los 3.130 efectivos de las tropas del Ejército y de la Fuerza Nacional de Seguridad en Espírito Santo «hasta que sea necesario».