Las autoridades de California han ordenado la evacuación de 188.000 personas en el condado de Butte, en el norte del estado, ante el creciente peligro de desbordamiento de la presa Oroville, la más alta del país. La población de la zona fue alertada el domingo por las fuerzas de seguridad después de que un grupo de ingenieros detectaran una serie de daños estructurales en uno de los principales aliviadores de la presa.

Los técnicos trabajaban ayer contrarreloj para reparar la esclusa de emergencia utilizando sacos de piedra para evitar así una crecida descontrolada del río Feather. El domingo, los operarios ya lograron sacar agua de la esclusa dañada para rebajar la presión en una operación que los expertos estiman que costarán al menos 200 millones de dólares.

Mientras, la previsión de lluvias intensas a partir del mañana hacen temer una crecida en el lago Oroville desde el cual se ha derivado la corriente proveniente del área dañada.

Los Servicios de Rescate de California han desplegado en la zona, que se encuentra a unos 200 kilómetros de San Francisco, cerca de 250 efectivos para facilitar las evacuaciones. Según medios locales, las autoridades enviaron el domingo helicópteros a la zona en un intento por tapar el agujero registrado en el desagüe de la presa, pero «una vez que la estructura está dañada, como en este caso, la situación se vuelve catastrófica», afirmó el director del Departamento de Recursos Hídricos de California, Bill Croyle, que añadió que el estado de la presa sigue siendo impredecible, y defendió la medida de la evacuación.