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El yihadismo golpea a los cristianos de Egipto el Domingo de Ramos

Dos atentados con bomba reivindicados por el Estado Islámico (ISIS), los más sangrientos ataques de los últimos años contra la minoría cristiana en Egipto, causaron decenas de víctimas mortales ayer en dos iglesias copta durante la misa del Domingo de Tamos. Abdel Fatah al-Sissi movilizó al Ejército para proteger las instalaciones vitales.

Al menos 43 personas murieron y 118 resultaron heridas en los atentados con bomba perpetrados ayer por el Estado Islámico (ISIS) contra dos templos de la minoría cristiana copta en Egipto el Domingo de Ramos, que marca el comienzo de la Semana Santa para los coptos. El ISIS asumió ambos atentados a primera hora de la tarde, meses después de que su rama siria llamara a atacar a «los infieles o apóstatas en Egipto y en todas partes», una forma de señalar a la comunidad copta, que representa cerca del 10% de la población egipcia.

Un kamikaze con un cinturón de explosivos se inmoló en la catedral de San Marcos de Alejandría, donde murieron 16 personas y 41 resultaron heridas, después de que la Policía le impidiera entrar en el templo, donde se encontraba el papa copto Teodoro II, que salió ileso.

Horas antes, un primer atentado dejó 27 muertos y 78 heridos en la iglesia de San Jorge de Tanta, 120 kilómetros al norte de El Cairo, en el delta del Nilo, dejó al menos 27 muertos y 77 heridos. Ese ataque se produjo en el interior del templo, en las primeras filas, cerca del altar, durante la misa.

Cientos de personas se concentraron ante el templo mientras los servicios de seguridad inspeccionaban sus alrededores para asegurarse de que no hubiera más artefactos explosivos e investigaban si se trató de una bomba colocada en el interior de la iglesia o de un kamikaze.

Marian, una joven que resultó herida en la cara por la metralla, relató a Efe que sólo recordaba «el fuego que interrumpió el rezo de los diáconos», que recitan los cánticos religiosos en el ancestral idioma copto.

Ashraf Ramzi, un copto de 26 años, contó a Efe que él y su padre se salvaron gracias a un pilar de la iglesia que detuvo la onda expansiva de la explosión que, confirmó Ramzi, ocurrió en las primeras filas de la iglesia, donde se sientan los hombres y cerca de las bancadas de los diáconos. Señaló que la sala de oración estaba repleta y que en cada banco había sentadas al menos 7 personas, y aseguró haber visto decenas de cadáveres.

Los coptos ortodoxos de Egipto representan la comunidad cristiana más numerosa de Oriente Medio y una de las más antiguas. Sus miembros dicen ser víctimas de discriminaciones en todo el país por parte de las autoridades y de la mayoría musulmana.

«Despliegue inmediato»

Tras los ataques, que vuelven a poner en duda la seguridad en el país, el presidente, Abdel Fatah al-Sissi, ordenó «el despliegue inmediato de unidades de protección del Ejército para ayudar a la Policía a garantizar la seguridad de infraestructuras vitales e importantes en todas las provincias».

El primer ministro, Sherif Ismail, insistió en «la determinación del Estado en erradicar eliminar de raíz el terrorismo».

Los jefes de Seguridad y de Investigación Criminal de la provincia de Al-Gharbia fueron remplazados por el ministro de Interior, Magdy Abdel Ghaffar.

Estos atentados ocurrieron días antes de la visita del papa Francisco a Egipto, prevista para el 28 y el 29 de abril, en su primer viaje a Oriente Medio.

El 11 de diciembre, 28 fieles coptos murieron en un atentado perpetrado por un kamikaze contra la iglesia de San Pedro, ubicada junto a la catedral de El Cairo, en el barrio de Al-Abasiya. La filial egipcia de ISIS, Ansar Beit al-Maqdes, asumió la autoría. «Que sepan todos los infieles y apóstatas de Egipto y de todas partes, que nuestra guerra contra los idólatras continúa», dijo el grupo.

Aquel ataque multiplicó las llamadas a endurecer la lucha contra los yihadistas en Egipto.