Si Patrick Bruce Metheny fue guitarrista prodigio y precoz profesor de música, con 62 largos años de edad parece un eterno joven. Tras docenas de discos y cientos de conciertos sigue luciendo leonina melena, juvenil camiseta, sonrisa simpaticona y alta energía creativa en conciertos de dos horas y media o más. Así volvió a suceder en un Kursaal mayor al que esta vez le sobró medio aforo.

El cartel ya no reza Pat Metheny Group sino “Una sesión con PM” y aunque la línea conductora es fiel a su pasado, los cambios (en particular la ausencia de teclados aéreos) dan un formato más limpiamente jazzístico a las melodías. Fondo y forma centran los desarrollos de modo más efectivo; sin florituras new age. Un cuarteto de lujo fiel a la filosofía “methenyana”, pero reinventando matices y desarrollos.

El maestro de Misuri mostró en solitario su conocida Pikasso Guitar, estrambótico artefacto de 42 cuerdas. Y después sonó nervioso jazz-blues (“Have You Heard”), baladas (“Unity Village”, “Always and Forever”, “Tell Her You Saw Me”), himnos (“Better Days Ahead”), ecos de tiempos ruidistas (“The Red One”) o levedad acústica (“Farmer’s Trust”). Interactuó el jefe a dúo con cada uno de su músicos (“How Insensitive” de Jobim, “Phase Dance”, “Question And Answer”), protagonizó en solitario un medley acústico de su éxitos y los cuatro excelentes instrumentistas dijeron adiós con el habitual “Song For Bilbao”. Velada impecable para un virtuoso por el que no parece pasar el tiempo.