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MOTOCICLISMO

Márquez tenía un buen plan

Reforzó su liderato en MotoGP tras una lección de estrategia y cambiar de moto en la segunda vuelta.

Las carreras y los Mundiales no solo se ganan apurando en las frenadas o consiguiendo más velocidad punta en el motor, y el catalán Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) dio junto a su equipo una lección de gran estratega y se adjudicó un triunfo importante en el Gran Premio de la República Checa de MotoGP en el circuito de Brno, que le permite ampliar su renta al frente del campeonato mundial.

En el resto de categorías, el suizo Thomas Luthi (Kalex) aprovechó que la carrera quedó reducida a seis vueltas al comenzar a llover durante la misma para vencer y recortar distancias respecto al líder, el italiano Franco Morbidelli (Kalex), lo contrario que el balear Joan Mir (Honda), quien ganó en Moto3 para ampliar su renta de puntos en el campeonato.

Marc Márquez, que hizo un gesto con brazos en alto y con sus dedos índice apuntando al cielo para acordarse del recién fallecido Ángel Nieto, ganó con una importante ventaja que fue dosificando durante toda la carrera respecto a sus compañeros de podio, Dani Pedrosa y Maverick Viñales (Yamaha YZR M 1).

Un plan perfecto

Todos los pilotos salieron con neumáticos de lluvia al declarar Dirección de Carrera la misma como de «mojado», lo que directamente activó el protocolo de cambio de moto en cualquier momento si las condiciones de la pista se modificaban.

Nada más apagarse el semáforo, Marc Márquez salió como una exhalación perseguido por los dos pilotos oficiales de Ducati, Jorge Lorenzo y el italiano Andrea Dovizioso, el otro piloto de Repsol Honda, Dani Pedrosa, y el también italiano Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1).

Antes de concluir el primer giro Jorge Lorenzo ya se había colocado líder, en tanto que Marc Márquez se lo tomó con calma y se vio superado por varios rivales, aunque en realidad lo que hizo fue evitar que todos ellos se percatasen de la estrategia que había preparado con su equipo y así evitar que le copiasen como sucedió en Argentina. Al concluir la segunda vuelta se produjo la jugada magistral de Márquez y su equipo, Repsol Honda, pues decidió entrar a su taller a cambiar de moto por la segunda, con configuración de seco, gesto que imitaron un par de pilotos más de los que iban por detrás de él al ver que el líder del mundial lo hacía.

Sin darse cuenta de nada, en pista Jorge Lorenzo había conseguido una cierta ventaja pero el asfalto se estaba secando y la entrada a talleres para cambiar de moto iba a ser inevitable. Así, en las siguientes vueltas fueron muchos los pilotos que entraron a cambiar, pero no lo hicieron Jorge Lorenzo, Valentino Rossi, Johann Zarco, Andrea Dovizioso, Maverick Viñales, Danilo Petrucci o Dani Pedrosa.

En la cuarta vuelta Rossi se puso en cabeza tras adelantar a Jorge Lorenzo, que decidió entrar en su taller a cambiar de moto cuando Marc Márquez ya era duodécimo y protagonizaba su primera vuelta rápida.

Rossi, Zarco y Dovizioso fueron quienes más aguantaron en pista con las motos con la configuración de agua, pero por detrás Marc Márquez estaba rodando diez segundos más rápido por vuelta, lo que literalmente obligó a Rossi y Dovizioso a entrar en su taller a cambiar de moto y, cuando regresaron a pista, en la vuelta seis, el piloto catalán de Repsol Honda ya era líder con una ventaja brutal sobre cualquiera de sus perseguidores.

En esa sexta vuelta la ventaja de Márquez sobre su inmediato perseguidor, el británico Scott Redding (Ducati Desmosedici GP16), que entró a la vez que Márquez en su taller a cambiar de moto, era de 17 segundos, casi igual que con Aleix Espargaró (Aprilia RS-GP), que adoptó la misma estrategia de los anteriores y ello dejaba el gran premio literalmente sentenciado.