Dos gigantes en Quinto Real:Adi e Iturrunburu

Son montes situados entre Nafarroa y Benafarroa y sus cumbres, despejadas y herbosas, dominan esta zona del Pirineo.

El Quinto Real (Kintoa) es un territorio de amplios bosques y prados, situado en la muga de Nafarroa y Benafarroa. Al norte se desarrolla el Valle de Alduide (ZEC en la Red Europa natura 2000) y al sur el de Erro (Erroibar) y Zubiri (Estereibar). El “quinto” era un impuesto, que se pagaba a la Corona Real Española por la utilización del suelo y el subsuelo.

Allí, en la cadena axial pirenaica se encuentran las montañas más altas, las “gigantes” de Kintoa, el monte Adi (1459 m) y su vecino y cercano Iturrunburu (1312 m), ambas despejadas y herbosas una vez superados los extensos bosques de hayas y coníferas que se extienden en una superficie de 2500 hectáreas.

Ambas son dos voluminosas montañas que atraen a los montañeros en un relieve en diente de sierra que se extiende en el escenario fronterizo de los Estados español y francés, y todo el que se precie deportista de las alturas quiere tenerlos en su historial.

La cómoda y, sin embargo, exigente ruta que desde “Mendia” sugerimos se inicia en el puerto o collado de Urkiaga, donde nace el rio Arga. Es un paso de montaña que une los valles pirenaicos vascos de Alduide, al Norte y Erroibar al Sur.

Desde el alto del puerto de Urkiaga, –paneles indicativos del terreno que vamos a recorrer–, al Este nace la pista cementada de Esnezelaieta, cerrada por una cadena. Tras los primeros compases, el montañero seguirá una senda balizada con las bandas rojiblancas del GR 11 en el hayedo de Kintoa, evitando la pista que se recuperará nuevamente, pero ya de tierra.

El camino guía asciende suavemente, pasando por los collados de Larrain (Larraingo lepoa), superando casamatas (bunkers) y túneles, que el régimen de Franco construyó para defenderse de una posible invasión de los aliados, tras la II Guerra Mundial. Con señaléticas varias en el trayecto el deportista no tendrá ningún problema de orientación hacia el montañón del Adi que aparece difuminado entre el bosque. Supera el collado de Esnezelaieta y en el Adineko lepoa, portillo con alambrada hasta la cumbre, se salva el bosque y el caminante se coloca frente al majestuoso Adi, en sus últimas pautas.

Tras otro bunker, la pendiente de agudiza en un ”muro” corto, intenso y muy exigente físicamente que no da descanso hasta los metros finales y ya en la loma somital. La cima es un regalo para la vista y los sentidos, por el panorama que se divisa a los cuatro puntos cardinales, destacando el Pirineo, y también un sinfín de cordales, collados y valles. Inolvidable, es uno de los más imponentes de Euskal Herria.

La siguiente propuesta es ir hasta la doble cumbre del monte Iturrunburu, inconfundible y enfrente al oriente. Siguiendo la alambrada y por sendero claro se pierde altura decididamente hasta el collado Aratun/Agatun (Aratungo lepoa) por donde discurre el GR 11 que se sigue, se salva un mogote rocoso por la izda, en un sendero un tanto aéreo, para por suaves lomas alcanzar la doble cima, que también ofrece un dilatado panorama, destacando la visión del gran Adi.

El montañero regresará por el mismo camino, pudiendo circunvalar, para variar, el “montículo” citado, ahora por la izda, para de nuevo en el collado Aratun tomar las marcas rojiblancas del GR 11, que las seguirá en un bello tramo que rodea cómodamente el Adi hasta Adineko lepoa, donde tomará el camino de ascenso, bajo el denso y hermoso bosque de Kintoa, y que finaliza en Urkiaga, en una soberbia y amable excursión que a todos dejará un agradable sabor.