Jaime IGLESIAS
MADRID

«Handia» refuerza su papel de favorita en el inicio de la gala de los Goya

Un largometraje rodado en euskara y otro en catalán son los que más opciones tienen para lograr el premio a la Mejor Película en una gala marcada por las reivindicaciones a favor del empoderamiento femenino.

“Handia” empezó la gala arrasando al obtener los tres primeros galardones en liza: vestuario (Saioa Lara), montaje (Laurent Dufreche y Raúl López) y actor revelación para Eneko Sagardoy. También consiguió los premios equivalentes a la mejor producción (Ander Sistiaga), fotografía (Javier Agirre) y dirección artística (Mikel Serrano). Todos ellos agradecieron en sus discursos el premio a Aitor Arregi y Jon Garaño: «Unos tíos majos y trabajadores», en palabras de Sagardoy. Aunque los responsables de “Handia” ya fueron candidatos con “Loreak”, el salto cualitativo que les ha supuesto esta aproximación a la figura del gigante de Altzo es incuestionable. De las dos candidaturas que lograron con su anterior largometraje a las trece que atesoran con “Handia” hay un trecho. El film, además, concentra el mayor número de candidaturas logradas este año por los profesionales del cine vasco en las trece candidaturas con las que se presentó a la ceremonia celebrada ayer.

De ganar, “Handia” se retomaría una tendencia muy consolidada, que se rompió el año pasado con el triunfo de “Tarde para la ira”, y es la de que el film vencedor en los Goya haya tenido su puesta de largo en Zinemaldia. Algo que también podría darse con la victoria de “El autor”, película que de Donosti se marchó sin reconocimiento en el palmarés oficial pero cuyo protagonista, el incombustible Javier Gutiérrez, partía como favorito para hacerse con el Goya al mejor actor protagonista. El de mejor actriz parecía asegurado para Nathalie Poza por “No sé decir adiós”.

La mayor rival de “Handia” para hacerse con el premio a la mejor película es “Estiu, 1993” ópera prima de Carla Simón. El galardón a la mejor dirección novel recibido por su directora en los primeros compases de una gala que, al cierre de esta edición, aún no había alcanzado su ecuador, hacían prever que este emotivo largometraje (que ya fue la apuesta de la Academia para representar al Estado español en la carrera por el Óscar, aunque sin éxito) bien pudiera convertirse en el segundo film en lengua catalana en triunfar en los Goya tras “Pa negre”, que en 2012 se hizo con nueve Goyas.