El presidente de Brasil, Michel Temer, anunció ayer en Río de Janeiro la creación de un Ministerio de Seguridad Pública, pero no definió cómo será realizada la inédita intervención federal que implica la presencia del Ejército, al que cede el control de la seguridad, en ese estado brasileño golpeado por la violencia. El decreto que ya está en vigor y se prolongará hasta final de año, se votará mañana en el Congreso.

Temer adelantó la constitución de un Ministerio «extraordinario» tras una reunión en Río de Janeiro con las autoridades estatales y municipales, pero no explicó cómo funcionará el dispositivo de seguridad, ni cuales serán los límites de actuación de los militares, que ayer patrullaron algunos puntos de la ciudad.

Desde hace más de un año, Río de Janeiro se encuentra en el centro de una espiral de inseguridad que ha dejado un rastro de violencia y 6.731 muertos solo el año pasado. La decisión se tomó tres días después del fin del Carnaval, que este año se ha visto manchada por numerosos y graves episodios de violencia, incluso en los alrededores del popular y vigilado Sambródromo.

La cesión del control al Ejército también ha abierto un interrogante sobre la reforma del sistema de pensiones, elemento clave en la política de Temer, quien tiene serios problemas para llevar adelante en pleno año electoral.

El Congreso tenía previsto iniciar esta semana el debate, pero podría quedar pospuesto o enterrado, ya que, según la ley, mientras está en marcha una intervención federal no se puede realizar ninguna alteración de la Constitución, incluida una propuesta de enmienda, como es este proyecto.