Agustín GOIKOETXEA
PENSIONISTAS EN LUCHA

«No nos vamos a rendir»

La «subida de mierda» del 0,25% mantiene en pie de guerra a un colectivo tan heterogéneo y numeroso como es el de los pensionistas. Decenas de miles de personas se manifestaron ayer en Bilbo, Donostia y Gasteiz, para advertir de que lucharán «lo que esté en sus manos» por un sistema público de pensiones digno.

De «histórica» fue calificada la manifestación que ayer al mediodía colapsó el centro de Bilbo para exigir unas pensiones públicas dignas, actualizadas conforme al IPC y no al 0,25% que ha impuesto el Gobierno de Mariano Rajoy. En torno a 25.000 personas participaron en la protesta, según los organizadores, aunque algunas fuentes aún elevaron esa cifra de asistentes.

La dimensión de la movilización ya se atisbaba más de media hora antes de que arrancase ante la casa consistorial bilbaina, donde miles de personas se agolpaban esperando su inicio. En algunos de los carteles escritos a mano se reflejaba el espíritu que movía a muchos de los reunidos: «Lucharon, luchamos y lucharemos por unas pensiones dignas». «No nos vamos a rendir», insistieron.

Entre ellos, un grupo de mujeres, en su mayoría viudas, llegadas de Barakaldo que, con un lazo marrón en el pecho, confesaron que eran asiduas a las protestas. «La subida del 0,25% es una burla», enfatizaba una de ellas, viuda desde hace 12 años. No ocultaron que les toca apretarse el cinturón, ya que algunas deben ayudar a sus hijos. «Mira, a esta, como su marido era autónomo, le han quedado 340 míseros euros», apuntó Luci, la que ejerció de portavoz, entre una cascada de opiniones. «Vamos tirando pero muy que muy ajustados, porque además tratamos de apoyar a nuestros hijos que tampoco lo están pasando bien, la verdad», añadió.

La plaza Ernesto Erkoreka y el puente del Ayuntamiento estaban a rebosar cuando comenzaron a corearse consignas como «menos ladrones, más pensiones», «manos arriba, esto es un atraco» o «corruptos, ladrones, nos roban las pensiones». Uno de ellos, Koldo, de 61 años, jubilado desde 2010 «con 41 años cotizados», se siente «un privilegiado» con los 2.230 euros que percibe mensualmente. «El problema es que con la edad que tengo, con subidas del 0,25% y un incremento medio de los precios del 1,35%, lo tengo claro dentro de diez años».

«Aquí hay mucha gente que tiene que mirar cuando va a la compra o pensar si pone o no la calefacción. Es triste. La gente lo está pasando realmente mal y mandar una carta diciendo que le suben el 0,25% es una provocación», añadió. Cerca, una octogenaria, se mostraba dispuesta a luchar y dejaba claro que no tiene intención de arredrarse. «Yo corrí muchas veces antes los grises», desveló orgullosa.

Finalmente, la cabeza de la marcha con el lema ‘‘Pensiones públicas dignas. No al 0,25%» enfiló el puente del Ayuntamiento en dirección a la calle Ibáñez de Bilbao; la calle Buenos Aires, hasta la plaza Circular, estaba totalmente colmatada. Los protagonistas eran las mujeres y los hombres indignados por la actitud del Gobierno Rajoy hacia este colectivo. Para mostrarles su apoyo estuvieron, entre otros, la secretaria general de CCOO, Loli García; su homólogo de UGT, Raúl Arza; o el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, además de cargos públicos del PSE y de Podemos.

Paso a paso, miles y miles de pensionistas caminaron hacia Gran Vía, pasando por Jardines de Albia, entre gritos de «pentsionistak aurrera» o «fuera ladrones de las instituciones». Muchas sonrisas al ver la dimensión de la marcha y la esperanza de que sus reivindicaciones sean atendidas por los políticos, muy criticados por muchos de los asistentes. «No a las pensiones vitalicias», se pudo oír. «Al igual que antes salieron los del 15M, hoy salimos nosotros en defensa de unas pensiones públicas dignas», repitieron mientras animaron a trabajadores y jóvenes a sumarse a la lucha contra los planes del Gobierno español.

Emplazamiento al PNV

Al llegar a la altura de Sabin Etxea, hubo gritos emplazando al PNV a tomar partido el un sistema público de pensiones y otros que reclamaban una pensión mínima de 1.080 euros, como recomienda la Carta Social Europea, y exigían a los jeltzales que no apoyen al PP en Madrid.

Gotzon, de 61 años, pensionista por incapacidad desde hace cuatro años, no tiene tan claro ese compromiso. «PNV y PSE están respaldando los planes privados de pensiones. No tengo tan claro esa apuesta por lo público», comentó después de quejarse de que el valor real de su pensión ha descendido en más de 300 euros.

«Para no acabar en la pobreza, pensiones dignas», «si nos cabreamos, no votamos», «las pensiones son un derecho», «basta de robar a los pensionistas» o «esta lucha la vamos a ganar» fueron otras de las consignas que se sumaron al largo repertorio.

En la confluencia de Gran Vía con Alameda Mazarredo, frente a la sede del BBVA, un grupo de jóvenes mostró una pancarta con el lema ‘‘¡Que no nos roben lo luchado! Etorkizun duin baten alde. Gazteon oraina borrokan da’’, firmada por Ernai.

La marcha llegó a la plaza Elíptica, ubicándose la cabecera frente a la Subdelegación del Gobierno español, donde a la conclusión, cientos de los participantes entregaron las cartas en las que se les comunicó el incremento de su pensión en un 0,25%, para devolvérselas simbólicamente al Ejecutivo Rajoy.

Los portavoces de las organizaciones convocantes dieron lectura a un comunicado en el que dijeron sentirse «hartos de que nos tomen el pelo, de que nos suban la mísera cantidad del 0,25% desde hace unos años, y de que esta situación se repita hasta 2022, lo que supondrá una pérdida de nuestras pensiones no menor al 10%». «Resulta indignante –añadieron– que nos diga la señora ministra de Trabajo, Fátima Báñez, que no hemos perdido poder adquisito desde que están en el poder».

«Miente cuando dice que no se pueden subir más, para así poder mantener las pensiones», espetaron. «La riqueza en el conjunto del Estado ya ha superado los niveles anteriores al año 2008. Los beneficios de la banca sigue aumentado y las retribuciones de las grandes empresas se han incrementado en un 15%», argumentaron.

En consecuencia, instaron al Gobierno de Rajoy «a quitarse la careta» y reconocer que «lo que pretenden es privatizar la Seguridad Social, en beneficio de los grandes poderes financieros y de las compañías de seguros».

 

Declaraciones

«Seguiremos saliendo a las calles hasta que paremos al Gobierno de Rajoy. La subida del 0,25% es una burla»

«Reivindicamos que nadie tenga una pensión inferior a 1.080 euros y que las mujeres dejen de malvivir con 700 euros»

«Hace tiempo que se inició el recorte de las pensiones públicas y todo apunta a que se está fraguando el golpe definitivo»

«Aquí hay mucha gente que tiene que mirar cuando va a la compra o pone la calefacción»