Durante esta semana se celebra en el BEC de Barakaldo la trigésima edición de la Bienal Internacional de Máquina Herramienta con la oferta de un nuevo espacio consagrado a la digitalización industrial y la consolidación de la feria dedicada a la fabricación aditiva e impresión 3D. Pero sobre todo, esta edición es la de la llamada industria 4.0, que busca optimizar la producción reduciendo el consumo de materias primas, flexibilizando los procedimientos y mejorando la calidad del resultado final con soluciones tecnológicas innovadoras. Y en esta dirección los avances en el sector de la máquina herramienta resultan fundamentales para el cambio tecnológico.

Este año participan más de 1.700 expositores y se espera que acudan 40.000 visitantes, números que dan una idea de la dimensión de la feria, pero que muestran asimismo la pujanza del sector que está detrás, y que es uno de los principales motores de la industria vasca. La mejora de la coyuntura mundial permite mirar al futuro con optimismo. No obstante, la inversión y el gasto en I+D son la clave para continuar entre los mejores. El saber hacer y la investigación dependen en gran medida de la aportación de los trabajadores. Por esa razón triunfan aquellos con una visión a largo plazo en el ámbito de las relaciones laborales. La estabilidad permite a los trabajadores formarse, acumular experiencia, aportar ideas, sugerir nuevos enfoques hasta dar con soluciones innovadoras que son las que hacen avanzar al sector, a la economía y al país.

El sector de la máquina herramienta proporciona un alto valor añadido a nuestro país. En términos materiales, con la producción de máquinas de alta calidad; en términos económicos, por su aportación a la riqueza y al empleo, y su capacidad de tracción del conjunto de la economía; en términos inmateriales, al transmitir una imagen de país basada en el saber hacer que sitúa y prestigia a Euskal Herria en el mundo.