Agirretxe decide dejar el fútbol feliz y poner fin a su calvario de lesiones
Imanol Agirretxe anunció ayer su retirada del fútbol profesional a los 31 años. Comunicó la decisión la pasada semana al Director de Fútbol Roberto Olabe después de que una importante rotura muscular le llevara a poner final al calvario que comenzó cuando Keylor Navas le lesionó el 30 de diciembre de 2015 en el mejor momento de su carrera.

Imanol Agirretxe compareció ayer en Zubieta para trasmitir que «hoy es un día muy feliz para mí por todo, en un momento en el que he tenido que tomar una decisión de la que estoy muy seguro, muy tranquilo. Es la mejor que puedo tomar». El presidente realista, Jokin Aperribay, anunció que recibirá la insignia de oro y brillantes del club en los prolegómenos del partido con el Barcelona que inaugurará el nuevo Anoeta el día 14 y que seguirá en el club en un puesto aún por concretar.
Agirretxe (Usurbil, 1987) fichó por la Real juvenil en 2003, el 8 de mayo de 2005 debutó con el primer equipo en Getafe con 18 años recién cumplidos y el fin de semana siguiente ya marcó su primer gol: «Ser jugador de la Real ha sido diferente desde el primer día. Pasé de ser futbolista a ser jugador de la Real. Eso ha sido lo mejor que me ha podido pasar y acabar siéndolo es lo que más feliz me hace».
Decide poner fin a los 31 años a un calvario que comenzó con una lesión en el tobillo izquierdo tras una entrada de Keylor Navas cuando vivía el mejor momento de su carrera con doce goles en quince partidos. En los nueve meses siguientes fue operado en dos ocasiones y apenas pudo jugar unos minutos que le bastaron para marcar el gol del empate con el Málaga.
Ha jugado 272 partidos en once temporadas, con 75 goles en encuentros oficiales. Sin embargó, reconocía que el más especial para él fue el marcado el año pasado en la pretemporada en Holanda ante el Groningen en su vuelta tras veinte meses sin jugar. Sentía que veía la luz al final del túnel, la lesión del tobillo estaba superada, pero en octubre sufrió una rotura muscular que le mantuvo de baja hasta en enero y en abril un problema en el tendón de aquiles.
Así la pasada temporada, aunque jugó once partidos, no tuvo continuidad. Tras completar sin mayores problemas la exigente pretemporada sufrió la pasada semana una lesión muscular idéntica a la del año pasado que le iba a mantener de baja varios meses y decidió acudir al despacho de Olabe, quien lo fichó para la Real del cadete del Athletic, para anunciarle su decisión.
«Hasta ahora estaba fuerte»
Así explicaba ayer que «hasta hace una semana tenía muchísimas ganas, muchísima fuerza y estaba convencido de volver a jugar, pero esta lesión después de una pretemporada que hemos trabajado muchísimo y lo asumía sin molestias, romperme tan fácil sin ser ninguna cosa rara, me ha hecho reflexionar y me ha llevado a tomar esta decisión. Hasta ahora estaba fuerte y con ganas, pero cuando he sentido lo contrario he ido a tocar la puerta de Roberto».
A pesar de su calvario, Agirretxe solo buscó lo positivo y evitó cualquier referencia al jugador que le lesionó y ni le llamó para interesarse por él: «No siento rencor ni rabia». Solo trasmitió felicidad «por poner final a una etapa brillante y por defender la camiseta que he querido defender. He luchado todos los años para defender este escudo y hoy acaba mi carrera, pero me siento un privilegiado por decir que acabo como yo quiero, feliz y pudiendo despedirme como siempre he soñado desde pequeño. He visto muchas despedidas de compañeros en los últimos años y siempre he soñado con despedirme como ellos y lo quiero hacer así».
«No cambiaría un minuto en la Real por millones en otro equipo»
Agirretxe se mostró agradecido a Aperribay y Olabe, a los compañeros que ayer le acompañaron para hacer juntos el vuelo que le ha caracterizado para celebrar sus goles, a los técnicos, directivos, trabajadores del club, aficionados y a los medios de comunicación. Destacó que «siempre he sentido el cariño de todos, tanto dentro del campo, como cuando he estado lesionado».
Se mostró emocionado en su despedida, pero mantuvo el tipo y dio una última lección cuando le recordaron que ha tenido que pelear siempre con los delanteros que le fichaban: «He luchado y trabajado por ser feliz en la Real, mi felicidad pasaba por triunfar aquí. En ningún momento me he visto en otro lado, por eso luchaba cada año por jugar aquí. Para mí ha sido lo más. No cambiaría un minuto o un gol en la Real por millones en otro equipo. Es lo que he querido hacer y por eso me voy feliz».
Y también dijo irse tranquilo a pesar de que solo quedan Zurutuza y Pardo del equipo que jugó la Champions (2013-14) y se han marchado las referencias del vestuario: «Se han incorporado muchos jugadores que han visto cómo nos hemos comportado y seguirán transmitiendo esos valores a los que se incorporen de la base, que ya llegan concienciados por el trabajo que se hace. Es uno de los valores de la Real, sabemos dónde estamos, la gente tiene compromiso y les trasmitimos el testigo. Es lo que hicieron con nosotros y es lo que deben hacer ellos. Estoy muy tranquilo, seguro que lo harán igual o mucho mejor».J.I.

El Patronato del Guggenheim abandona el proyecto de Urdaibai

El PP amenaza con el exterminio político a EH Bildu y sin tener turno de palabra

El exalcalde de Hondarribia fichó por una empresa ligada a Zaldunborda

«Tienen más poder algunos mandos de la Ertzaintza que el propio Departamento»
