Dentro de la cuadrilla de Gorbeialdea, el municipio de Zigoitia, está sembrado de pequeños pueblos de milenaria historia, con arraigadas costumbres y relaciones vecinales, desde donde han luchado y trabajado por mantener vivas su identidad y memoria. Entre ellos se encuentra, en un maravilloso entorno natural incrustado en los bosques de las estribaciones del Gorbea, el pueblo de Olano. A lo largo de su historia milenaria mantuvo su población y ha sido capaz de recuperarla cuando estaba casi perdida. Testimonio de su vitalidad, restaurados con la ayuda de la Diputación alavesa y Diócesis de Vitoria, con el interés y esfuerzo de sus vecinos, están el templo románico del S. XIII y, sobre todo, su sorprendente y admirable retablo tardogótico de influencia flamenca, reubicado en esta iglesia donde fue instalado a principios del XVI.

En este lugar, dentro de sus fiestas de San Bartolomé, tuvo lugar el pasado sábado un memorable concierto de música clásica, programado por la Quincena Musical “Andante” de San Sebastián y Diputación Foral de Álava/Araba. El «Dúo Sarasate», con Mercedes Medina, al piano, y Jonathan Mesonero, al violín, cautivó al numeroso auditorio con su admirable, sutil y vital recital de obras de Dvorak, Tchaikovski, Turina, Montsalvatge, Ravel. Los mismos magníficos intérpretes quedaron muy gratamente sorprendidos por la asistencia, acogida y ambiente festivo en el que también participaron.

Este acontecimiento histórico en este pueblo zigoitiano muestra la importancia de hacer llegar la cultura musical a todos los rincones de nuestro herrialde, como también lo hacen otros grupos y, en especial, en Zigoitia “Mairu Abesbatza” que celebra ya su décimo aniversario.

“Souvenir d’un lieu”, recuerdo de un lugar, de Tchaikovski, fue una de las piezas admirablemente interpretada por el Dúo Sarasate. Como pueblo de Olano, deseamos que este inolvidable concierto sea también recuerdo de este sencillo y bello pueblo zigoitiano en Euskal Herria y un motivo más para continuar extendiendo la cultura musical a nuestros pequeños pueblos, a su vida, a sus gentes que lo valoran profundamente y agradecen con entusiasmo, como en Olano. Eskerrik asko!