EDITORIALA
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De la norma a lo normal, del batua al euskara

Euskaltzaindia ha celebrado su XVII. Congreso, una cita marcada por las celebraciones del centenario de la academia y el de los 50 años del euskara batua, cuyos cimientos se fijaron en Arantzazu, refugio espiritual y bastión cultural del arte y de la lengua vasca. El proceso de estandarización del euskara, planteado en la preguerra y materializado en la posguerra, viene de lejos, no se creó en un lugar y momento concreto. El batua ha conseguido un reconocimiento social y político amplio, incontestable. Y la lengua vasca tiene hoy acceso a dominios que nunca antes se creyeron posibles, herramientas para implementar lo codificado, una comunidad estructurada. En ese sentido, la obra del batua habla por sí sola y a lo largo de todos estos años, su contribución a Euskal Herria, en todos los territorios del euskara, ha sido absolutamente vital.

Todo proceso de estandarización de una lengua minorizada es una obra inacabada por definición, caótica al principio, sin final escrito. No se inmortaliza en una foto, no cabe en un informe. Es una película que no para, que necesita un cuestionamiento permanente, recoger del pueblo euskaldun y devolvérselo de manera accesible, amoldándose a un contexto que cambia a una gran velocidad y radicalidad. Es inventar y saber reinventarse, actuar con un espíritu emprendedor y conservar el de supervivencia.

De poco sirve dotar de un cuerpo a una lengua si esta luego no consigue el status que merece, si no se convierte en una lengua de todos y para todos, de todos los días y para todo. La normalización del euskara tiene debilidades manifiestas en su uso y transmisión, sufre y tiene síntomas preocupantes. Más allá de constatar lo avanzado y de describir la situación, falta una apuesta clara para trabajar con ambición la normalización y construir así un futuro para el euskara. Falta la actitud que tuvieron aquellos pioneros que se conjuraron, si el euskara viviría, para hacer algo, aquella obra maravillosa. Hay que avanzar en el camino, hacer de la norma, lo normal; del batua al euskara. Es una marcha larga, desde lo conocido a lo desconocido.