Alvaro Reizabal
Abogado
JO PUNTUA

¡Vaya papelón!

El culebrón de la venta de armas a Arabia Saudí, está superando todo lo imaginable. El banderazo de salida lo dio la ministra de Defensa, Margarita Robles, al plantear la posibilidad de suspender la entrega de 400 bombas de precisión cuya venta había cerrado en su día el Gobierno de Rajoy, por la sospecha, bien fundada por cierto, de que iban a ser utilizadas para bombardear Yemen. Ante tan plausibles manifestaciones empezaron a surgir rumores de que si la entrega del armamento no se llevaba a cabo, los saudíes podían anular el pedido de construcción de cinco corbetas en los astilleros de la bahía de Cádiz, que al parecer no valen más que para construir esos concretos barcos, pues de anularse el pedido, se van al garete, con la consiguiente sangría de puestos de trabajo en una zona muy deprimida. Al final se entregaron las bombas, porque, como dijo la ministra portavoz, al ser de precisión, no iban a equivocarse matando yemeníes, argumento de autentica vergüenza ajena.

En estricta aplicación de la ley de Murphy, pasó lo peor que podía pasar, esto es, el asesinato de un periodista saudita que escribe en un medio yankee, cometido, además, en el consulado de Arabia Saudí en Estambul, y supuestamente por funcionarios o enviados de las autoridades de ese país indudablemente democrático. Para colmo, Alemania anuncia la suspensión de la venta de armas a los saudíes, con lo cual el argumento de la inteligencia de las bombas, ya no cuela. Pero para enmarañar aún más la cuestión, las elecciones en Andalucía están convocadas para el 2 de diciembre, y a ver quién es el guapo que con ese panorama se arriesga a que anulen el pedido de las corbetas.

Conclusión: el gobierno del PSOE, decide que la preferencia es el empleo y los intereses de España, que traducido quiere decir que si se ponen en riesgo los 6.000 empleos de los astilleros, y con ellos el resultado de las andaluzas, dan igual los derechos humanos, los niños yemeníes o que hagan picadillo con los periodistas no afectos al régimen. Qué viva la realpolitik y que la pela es la pela.