Arturo Puente
Periodista
JO PUNTUA

La revelación del Jaume Balmes

No creo que se me olvide nunca. Estábamos en la redacción, habíamos llegado de madrugada, y vimos en Twitter que estaban en el IES Jaume Balmes, a solo unas calles de allí. Salí corriendo. Allá encontré un centenar de personas aguantando en la puerta. Ya les estaban dando, aún sin porras, con las manos enguantadas. No paraba de llover. Era evidente que iban a conseguir entrar, antes o después. Había viejos, críos, jóvenes dispuestos al enfrentamiento físico. Pero cargaron, cargaron fuerte. Entraron.

Salieron con unas bolsas de plástico grandes, blancas, translucidas. Encapuchados. Llevaban las urnas. Y en ese momento todo el mundo dejó la puerta y se abalanzó a fotografiarles, como locos. Los polis no entendían nada. Se abrían paso entre una muchedumbre que quería una foto de ese momento. Todos lo habíamos oído cientos de veces, todos creían en el mantra. «El día que el Estado retire una urna, ese día habremos ganado». Por eso, esa foto, era la razón de todo. Lo era todo.

La mayoría de los independentistas no lo sabían. Y diría que en España tampoco estaba tan claro. Los indepes creían en lo de que el día que el Estado retirase una urna…, y el Estado no sabía que pasaría el día que la retirase. Pero aquella mañana, en aquel instituto, todos lo experimentaron por primera vez. Y todos quedaron atropellados ante la evidencia de que la autodeterminación no va de justicia ni de democracia ni de voluntad. En realidad ningún derecho va de eso. Todos van de poder y de fuerza.

A quien le quitan la urna, se la quitan y ya. A quien le meten en la cárcel, le meten y ya. A quien le niegan un derecho, no lo consigue. Solo quien tiene más poder que el otro y es capaz de mantener la urna sobre la mesa electoral, ese y nadie más consigue el derecho a hacerlo. Y los catalanes no pudieron. Por eso todo el mundo supo que la independencia fue imposible desde la caída del guindo colectiva del Jaume Balmes. A mi también se me reveló entonces que sería imposible, pero he tardado un año en entender por qué.