Raimundo Fitero
DE REOJO

Un paso más

Estamos enterrando las ideas, los conceptos y las palabras bajo una capa de ignorancia y desacierto que las inutiliza, las banaliza, las corrompe y en el mejor de los casos, las pone de moda, pero sin tener el mismo sentido o contenido. Por eso, cuando tantas veces he alertado del mal uso de la palabra fascista, cuando a mí se me escapa de manera irracional el vocablo, empiezo a tener fugas nocturnas y me levanto con cagadas en mi subconsciente, meadas en mi autoestima, como si los esfínteres se hubieran declarado en huelga, o se hubieran puesto al frente de la revolución.

Estamos alertando de la llegada de un lobo a caballo y con revólver en la sobaquera, pero puede que sea el anzuelo que se nos está lanzando para entretenernos en buscar algo que ya existe, que está legislado, que se está implementando y que no hemos querido verlo porque andábamos entretenidos con otras circunstancias que nos llamaban mucho la atención. Lo del Brexit en Inglaterra, la moción de su propio partido salvada por May y todo lo que se ha elaborado a su alrededor es un placebo que oculta algo más importante. No puedo escribir más. Mis compromisos con las fuentes.

Pues en la injusticia española, un juez, una fiscal, han actuado de la manera más salvaje contra el ejercicio del periodismo y han incautado dos aparatos de grabación a dos periodistas, para conocer sus fuentes, es decir para violar uno de los derechos más importantes del ejercicio del periodismo. Es un paso más contra las libertades básicas que se ha dado en Mallorca, es un proceso contra uno de los mafiosos institucionales más claros, evidentes y apartados de los focos que existen. Son leyes que Fernández Díaz, el ministro más retrógrado de los últimos años, puso en marcha desde Interior, donde anidaban los reptiles en las cloacas putrefactas de la banda del PP.