Aritz INTXUSTA

Francisco Franco dejará de ser el alcalde perpetuo de Cascante

El Instituto Navarro de la Memoria impulsa el borrado de los últimos símbolos fascistas de Nafarroa y también de títulos honoríficos. El debate está superado en muchos pueblos, pero en otros siguen las resistencias. También contra el proceso abierto en Los Caídos.

El alcalde de Cascante recibió el aviso hace unas semanas. Su puesto ya estaba ocupado, Francisco Franco Bahamonde es alcalde perpetuo de esta localidad. «Debieron encontrar referencias a estos títulos de Franco las actas de finales de los 40», explica Alberto Añón. «Lo llevaremos a pleno, lo cambiaremos y prau», enfatiza el alcalde. Según explica, este asunto ya no genera debate en el pueblo. «Está claro que hay que quitarlo. No va a levantar controversia, ni enfado», sostiene este primer edil, que pertenece a UPN.

Trabajadores del Instituto Navarro de la Memoria han buceado en los archivos de los ayuntamientos de más de 2.500 habitantes en busca de menciones. La Alcaldía Perpetua de Cascante es la más rimbombante, pero otras localidades habían adoptado al dictador como hijo adoptivo predilecto. En la mayoría de pueblos analizados han encontrado referencias de este tipo. También en ayuntamientos no precisamente de derechas.

Andoni Lakarra, alcalde que trajo el cambio a Erriberri, también recibió el aviso. «No teníamos ni idea. Nos pasaron una nota con lo que habían encontrado y, junto con ello, una propuesta para revocarlo en pleno», comenta. Lakarra subraya que podría haber quitado el título a Franco por resolución de Alcaldía, pero prefiere que haya debate.

Nafarroa está eliminando la poca simbología franquista que le queda. Faltan un puñado de calles, placas memoriales a «caídos» y chapas en casas levantadas durante la dictadura. En 2016, se hizo el primer censo con lo que quedaba y, tras sucesivas actualizaciones, se llegó a los 462 símbolos. De ellos, se han retirado 308 y otros 68 están en proceso de eliminación. Hay ayudas para las retiradas más costosas. «Son sobre todo placas de piedra con nombres de combatientes, que requieren de albañilería», comenta Álvaro Baraibar, director del Departamento de Paz y Convivencia. «El último gran símbolo que se eliminó fue la escultura con la laureada del frontón de Diputación», sostiene.

La retirada de la mayoría de estos símbolos sigue en manos de las entidades locales. Y sigue habiendo quien pone pegas. Aquilino Jiménez, alcalde de Caparroso por el PP, se niega a cambiar la calle al falangista Luis Valero. Aduce molestias para los vecinos, pero al final, reventó a preguntas de este medio: «Cuando quiten las calles de los terroristas etarras que hay por ahí arriba, pensaremos en quitar los demás», sentenció.

Juan Antonio Sola, primer edil de Fustiñana y exvicepresidente de UPN, niega haber tenido requerimientos. Pero GARA confirma que se le envió un correo en 2017 y no contesó. Allí también tienen la calle a Valero, algunas laureadas y placas de vivienda, según el instituto de la Memoria. «No tengo requerimiento de nada. Ni de calles, ni de placas. Y también este es un tema del que paso olímpicamente, ni me molesto. Bastantes problemas tengo en el ayuntamiento».

Mientras, en Iruñea, los nostálgicos han llevado el Concurso Internacional de Ideas para convertir Los Caídos en otra cosa (o derribarlo) ante el Tribunal Administrativo de Navarra. Sin embargo, el Ayuntamiento sigue adelante. Ayer, los siete grupos de arquitectos presentaron sus propuestas para el edificio en el Condestable. La sala se llenó para escuchar los distintos planes.