Arturo Puente
Periodista
JO PUNTUA

Bloqueo o PSOE

La criptonita de todas las opciones que se han situado a la izquierda del PSOE en España ha sido siempre el voto útil. Ante una derecha que se ha presentado como un bloque sin otra excepción que las opciones del nacionalismo periférico o del residual regionalismo, las izquierdas siempre se han visto avasalladas por la tentación de votar a la contra y con la nariz tapada. La fragmentación de 2015 cambió esa tendencia y le dio a Podemos una oportunidad histórica para convertirse en una opción ganadora de izquierdas.

Pero no lo consiguió. Cuatro años después la fragmentación se ha instalado también en la derecha, ahora con una opción claramente ultra y, las otras dos, echadas al monte. La respuesta de la izquierda a eso es la vuelta a la concentración del voto en el PSOE. Por eso Sánchez se permite soñar con un Gobierno en solitario con el apoyo de Podemos, que tiene cautivo, y el del PNV, que puede comprar. Iglesias, mientras, se desgañita repitiendo que su partido es la única garantía doble de que el «trifachito» no gobierne y de que el PSOE no pueda pactar con Ciudadanos.

Es decir, Podemos se desgañita prometiendo pactar con el PSOE. Que es justo la fórmula que ha seguido desde que Sánchez llegó a la Moncloa y que les ha llevado al actual callejón sin salida. En esta tesitura, los partidos independentistas deberán reflexionar con cuidado sobre su estrategia. Sus opciones parecen ser solo dos: seguir los pasos de Iglesias revelar su apoyo acrítico a Sánchez o decantarse por una opción de bloqueo hasta que no se acepte la autodeterminación. El riesgo de lo primero es caer en el mismo agujero que Podemos y, para lo segundo, el precio a pagar podría pasar por dejar gobernar a las derechas con Vox.

La dicotomía a la que se enfrentan las izquierdas el 28 de abril es bloqueo o PSOE, lo que significa que, a la larga, quien saldrá mejor parado es quien con más imaginación y pericia sea capaz de superar el dilema. Como ya demostró Podemos en 2015 a rebufo del 15-M, patear el tablero sin piedad es la única forma en la que las izquierdas pueden escapar de la apisonadora del menos malo.