Fede de los Ríos
JO PUNTUA

L’Odi & Gorrotoa

Ni en la masacre de familias obreras en Casas Viejas y la ley de fugas, ni por su participación en las asonadas y golpes de Estado a lo largo de su historia, la Semana Trágica, la rebelión de Asturias, los miles de asesinados durante tres años de guerra y en los posteriores “40 años de paz”, su participación en la represión del maquis y de todo el que luchara contra la Dictadura, ni por la persecución, desde su creación, de los defensores de las libertades, de los sindicalistas, su defensa de la oligarquía española y los caciques agrarios, los fusilamientos del 75, los torturados y enterrados en cal viva, los ahogados en aguas del estrecho. Nunca, parece ser, jamás miembro alguno de tan benemérito cuerpo creado por el Duque de Ahumada, había percibido ser odiado por el desarrollo propio de sus funciones.

Habían de ser las Monserrats y los Jordis quienes turbaran la quietud vital a los del alma de charol y plomo la calavera que dijera Lorca: «En la cara de muchas de las personas que había allí vi por primera vez en mi vida profesional el reflejo del odio» declaró un subteniente. Y no un odio normal sino «un odio muy grande» declaró otro número.

Los peores, como siempre los yayos, «se me grabó bastante la cara de odio de un señor mayor, un odio extremo hacia nosotros» dijo otro de los guardiaciviles; les tiraban hasta «claveles a los coches» y «dos o cinco botellas de agua». «Violencia inusitada», «capítulo de terror total», «se masticaba la rabia». Lo que viene a ser, según el teniente coronel Baena (Tácito para los amigos), investigador del procés, «un clima insurreccional».

Las caras de odio «como en los principios del conflicto vasco, me dijeron compañeros más veteranos». Así, en Altsasu, según la Asociación de Guardia Civiles, todo fue «fruto del odio que sufren las fuerzas de seguridad en especial la G.C.» reforzado por «las interpretaciones laxas y tibias del Código Penal por parte de algunos jueces alimentan esta jauría de despojos humanos incitando por dejadez al Odio».

Ellos, todo amor, como en manada.