A. G.
NBA

Los Golden State Warriors se hallan de capa caída hasta entre sus inversores

Nada está sentenciado en esta recta final de la temporada 2018/19 de la NBA, pero por el momento los Golden State Warriors están de capa caída. No solo por su 3-1 adverso ante los Toronto Raptors, o porque no terminan de recuperar a un Kevin Durant que se antoja imprescindible para que los de Oakland puedan optar a dar la voltereta; hasta sus inversores parecen tener la negra, en visto de lo sucedido en el tercer partido entre el base de los Raptors Kyle Lowry y el inversor Mark Stevens.

El ejecutivo de los Warriors empujó dos veces a Lowry y empleó un lenguaje catalogado como «obsceno» mientras el jugador del equipo canadiense se levantó de entre el público que estaba en las primeras filas del Oracle Arena, tras correr a por un balón que se marchó fuera.

Stevens, de 59 años, quien estaba sentado en la primera fila de la pista, fue expulsado de inmediato tras el incidente. Tras llevar a cabo una investigación por parte de la NBA y los Warriors, recibió un ejemplarizante castigo de 500.000 dólares (443.000 euros) de multa y suspensión por un año de entrar a los campos a ver partidos de la NBA, «hasta que termine la postemporada 2019/20», según especificaba el comunicado emitido por la NBA.

«Vuelta a los orígenes»

En otro orden de cosas, el Comisionado Adam Silver, ante la opción de que Toronto gane el anillo de la NBA, declaraba su alegría por suponer este hecho «una vuelta a los orígenes» del basket.

«El Doctor James Naismith era canadiense de Ontario, pero se trasladó a Springfield, donde inventó el baloncesto, porque en invierno los jóvenes no podían hacer actividades al aire libre debido al frío», explicó Silver.

Originalmente, en 1891, al basket se jugaba nueve contra nueve, con un balón de fútbol y dos cestos empleados en recoger melocotones.