Raimundo Fitero
DE REOJO

Cilicio

Llevo meses intentando no dejarme abusar en mi confianza por la jerarquía eclesiástica española, pero cuando se escucha al obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, asegurar que le parece muy mal que se utilice el cilicio con ganchos mortificantes con el aire acondicionado puesto, no puedo hacer otra cosa que dar vivas a la muerte, a su novio y a la madre que inmatriculó a toda esta serie de obsesos, morbosos, retrógrados señores con faldas negras que tanto dolor han infligido y consentido. 

El Nuncio del Vaticano saliente, Renzo Fratini, sacó su patita fascistoide haciendo unas explosivas declaraciones sobre Franco, con aberraciones tendenciosas tan espantosas como que el general genocida evitó una guerra civil. Diez años de embajador de la Santa Sede en Madrid, se supone que cenando a menudo con Rouco y sus adláteres y parece que lo han adoctrinado perfectamente para emponzoñar la memoria histórica, con una demostración de desprecio absoluto a la verdad, a la legislación vigente y al uso del cilicio de manera recreativa, no doctrinaria. Pero tienen inmunidad diplomática y de concordato. La ley de estos crápulas tiene más rango que la del Código Penal.

Su postura ante la exhumación de Franco, ese hatillo de incongruencias, no es despiste, sino es dar pistas ante una postura que va creciendo, blanquear hasta el máximo el franquismo, a los franquistas, los tardofranquistas y los neofranquistas que probablemente tenga un nido de recolección de afiliados bastante abonado entre los neocatecumenales, soldados de cristo, no supernumerarios y la mayoría de uniformes abanderados, es decir de lo que se nutre el trifacio que está en su más profunda fase de regresión. Por cierto, Munilla tiene razón, el cilicio con aire acondicionado, el canal porno abierto y pensando en la juventud es vicio.