Raimundo Fitero
DE REOJO

Cegueras

Frases en racimo: no hay más ciego que el que no quiere ver. Ojos que no ven corazón que no sufre. Ponerse ciego. Ir ciego. No quisiera molestar ni ofender a nadie. Convivo con personas con visibilidad reducida. Pero se ha difundido de manera alarmante la noticia de la ceguera sobrevenida a un joven británico por alimentarse exclusivamente de patatas fritas, alguna vez pan de molde con salchichas y jamón, sin especificar el apellido del derivado del cerdo, durante mucho tiempo, que le ha provocada un desequilibro y falta de vitaminas B12 y D, y otros minerales que, al parecer le ha llevado a la ceguera.

En plena campaña de elecciones del gimnasio para rebajar el sobrepeso acumulado en un veraneo despendolado, la obsesión de dietas y atención al cuerpo y la alimentación estas noticias no ayudan, nos colocan en un punto de vinculación poco experimentada entre una obsesión o un problema profundo, como generalista y es algo no demostrado. Alimentarse de esa manera es un problema obvio. Sus consecuencias son las que parecen más difíciles de asegurar.

Pero como hablamos de cegueras, la política es la más peligrosa, porque se pasa de la no visión voluntaria a la alucinación visionaria, y el trifachito andaluz está lanzando una campaña en Catalunya para librar a los andaluces allí establecidos de la inmersión lingüística en catalán. Y van a dedicar una dotación económica para esa barbaridad que es una injerencia desastrosa. Siguen en un acoso reaccionario, totalitario, sin ningún fundamento objetivo para provocar y españolizar. Es mantener la tesis del acoso al español, cuando es obvio, claro, evidente, demostrable que la diglosia aprieta y hunde al idioma menos utilizados en medios de comunicación, el uso cotidiano e instituciones y ese es hoy, en Catalunya, el catalán.