Aritz INTXUSTA, Iñaki IRIONDO, Iraia OIARZABAL, Iker BIZKARGUENAGA
REPETICIÓN ELECTORAL EN EL ESTADO ESPAñOL

NAFARROA Y ARABA CENTRAN LA BATALLA EN LA REPETICIÓN DEL 10N

Hego Euskal Herria envía al Congreso a 23 diputados, pero las habas están contadas y no caben esperar grandes vuelcos respecto al 28A. Nafarroa y Araba cuentan con un diputado que baila en varias direcciones, mientras que en Bizkaia, PP y PNV tratarán de birlarle el segundo escaño a Podemos. En Gipuzkoa, solo la unión de las derechas españolas podría generar alguna incertidumbre.

.
.

NAFARROA

El quinto escaño baila prácticamente en todas las direcciones

María Chivite afronta lo que se entenderá como una primera reválida a su pacto, después de colocar al PSN en un pico de votos muy alto: 94.094 votos a Sánchez (que bajaron a los 71.838 para el Parlamento). Estas siglas solo han superado esa cifra de votantes en 2007 y en 1991, ya en tiempos de Gabriel Urralburu.

Navarra Suma –que repite fórmula– ganará las elecciones. Desde 1977, la derecha en Nafarroa supera el 40% de los votos de forma ininterrumpida. Solo en 2016 Podemos le pisó los talones (antes de que UPN se coaligara con Ciudadanos). Esa vez, obtuvieron 94.555 votos los morados y 106.434 UPN-PP. Tras el pacto con C’s, llegan a los 120.000 votos, por lo que previsiblemente estarán en la horquilla 2-3 sobre un total de cinco asientos.

Las fluctuaciones de voto entre PSN y Podemos en función de los vientos que soplen en Madrid son sorprendentes, pueden ganar, perder o prestarse el uno al otro un tercio de sus votos: unas 30.000 personas. Ambos, en principio, deberían tener escaño asegurado y, si uno destaca muchísimo sobre el otro, conseguir el segundo (esa es la situación actual, en la que el PSN tiene dos).

La siguiente formación y ya la única con opciones de obtener diputado es EH Bildu. Para ello, debe superar en votos la mitad de los que obtenga el vencedor de la pugna PSN-Podemos. O bien, vencer al partido de la izquierda española que haya perdido la estrella. En las últimas, rozó su entrada pese al histórico pico del PSN. Bel Pozueta llevó a EH Bildu a unos resultados de nota: 46.640 votos. Le faltaron 408 para dejar al PSN en uno. Por otro lado, EH Bildu debe cuidarse de tener más apoyos que los que obtenga Navarra Suma divididos entre tres.

Geroa Bai, en las últimas ocasiones se ha presentado por cumplir el expediente, pero es reacia a asociarse con EH Bildu. En Madrid pesó más su faceta PNV y se sienten más cómodos marcando distancias con EH Bildu. Y más, si hace bloque con ERC.

En cualquier caso, del resultado de las elecciones dependerá el futuro del actual Gobierno foral. También hará que las fechas de las elecciones navarras volverán a disociarse de los comicios españoles, por lo que el efecto de esos vientos de arrastre de voto que tanto afectan y que se llevaron por delante la primacía de Uxue Barkos se mitigan un poco.

En cuanto al Senado, Aldaketa (esa formación que aunaba a las fuerzas del viejo cuatripartito) se da por rota definitivamente tras dos fracasos sonoros.

ARABA

«Sotosalbos Araba da»

La gran noticia de las pasadas elecciones del 28 de abril fue que el PP se quedara sin escaño en Araba, el territorio en el que fue primera fuerza durante años, gobernando la Diputación y el Ayuntamiento de la capital. Y quien perdió el asiento que daba por seguro fue nada menos que Javier Maroto, exalcalde de Gasteiz y director de campaña de su partido para todo el Estado. Y quien le arrebató el acta de diputado, Iñaki Ruiz de Pinedo, de EH Bildu, a quien días antes Maroto había insultado en un debate público, probablemente con intención de marcar perfil duro e intentar humillar al rival.

El propio Javier Maroto se encargó de poner el estrambote a su derrota. El candidato del «Por Vitoria y Álava, siempre» se empadronó en la pequeña localidad segoviana de Sotosalbos, con el único fin de poder ser nombrado senador de designación autonómica por la Comunidad de Castilla y León, lo que le aupó después a portavoz del PP en el Senado, aunque a costa de ser apartado de la dirección estatal del partido. Sotosalbos se convirtió de esta forma en el símbolo del 28A en Araba.

El próximo 10 de noviembre volverá a haber 4 escaños a distribuir entre las cinco grandes opciones electorales, PNV, PSE, Unidas Podemos, EH Bildu y … Y esa es la duda: cómo se presentará el PP a estos comicios. En la reciente convención política, el presidente estatal del partido, Pablo Casado, dejó claro que sumados los votos de Ciudadanos el escaño alavés no se hubiera perdido, ni tampoco el vizcaíno. Pero la fórmula de «País Vasco Suma» no es del todo del gusto de Alfonso Alonso y sobre la mesa está la posibilidad de que la vuelta al redil de votos que en abril se fueron a Ciudadanos o Vox le sirva al PP para volver a tener un diputado. En todo caso, la puerta que se abrió el 28 de abril, está todavía sin cerrarse.

GIPUZKOA

Nueva cita para medir la fuerza de las siglas abertzales

El ciclo electoral de la pasada primavera, en el que en menos de un mes de plazo confluyeron elecciones generales, municipales, forales y europeas, estuvo en gran medida marcado por la tendencia al alza del PNV. También en Gipuzkoa, los jeltzales se consagraron como primera fuerza con 119.106 (29,09%) votos. La candidatura encabezada por Joseba Agirretxea mejoraba los resultados obtenidos en 2016 y mantenía sus dos escaños. La tendencia hacia el voto abertzale fue especialmente notoria en este herrialde, donde EH Bildu se posicionó en segundo lugar tras incrementar notablemente el número de votos. Mertxe Aizpurua y Jon Iñarritu lograron escaño en el Congreso español, sumando un representante más al logrado en la legislatura anterior. La formación soberanista se recuperó así de la pérdida de votos registrada en los comicios anteriores, una caída debida en parte a los votos que se habían cosechó Podemos.

Por contra, la candidatura morada registró una importante caída en número de votos el 28A y finalmente se quedó con un escaño. Podemos entró con fuerza en 2016 pero ahora afronta un momento complicado en el Estado, y Gipuzkoa no será inmune a la crisis. El PSE, que también logró un representante, mejoró los resultados de cuatro años atrás gracias a la tracción de Pedro Sánchez. La incógnita ahora es cómo afectarán a los votantes, si es que lo hacen, las frustradas conversaciones entre ambas formaciones en torno a la fallida investidura. Al otro lado, nada augura grandes cambios en la derecha española, que incluso uniéndose lo tendría muy difícil.

Con estos elementos entre manos, la foto que dejó el 28A en Gipuzkoa muestra a un PNV fuerte y al alza, seguido de cerca de una EH Bildu que vuelve a sacar músculo. La fuerza del voto abertzale es clara en el herrialde y el foco principal se situará en torno a ello también en la próxima cita con las urnas. Un 10N en el que el desencanto con la clase política también influirá probablemente en la participación, que decantará hacia qué lado de la balanza se refuerza la tendencia.

BIZKAIA

La derecha española intentará recuperar lo perdido

Después de que en 2016 Podemos rompiera la banca llevándose tres de los ocho escaños en juego en Bizkaia, el pasado 28 de abril las aguas volvieron a un cauce más habitual y el PNV ganó de calle los comicios, con casi cien mil votos de diferencia respecto al PSOE y algo más sobre Unidas Podemos. Los jeltzales, con Aitor Esteban como cabeza de lista, lograron tres asientos en el Congreso, uno más que las otras dos formaciones, mientras que Oskar Matute renovó su cargo como diputado de EH Bildu.

Y todo lo que no sea un resultado similar el 10 de noviembre podrá considerarse una sorpresa. Ya lo fue en cierta medida que el PP se quedara sin acta, y Pablo Casado ha anunciado esta semana que hará un esfuerzo especial en Euskal Herria. Pero para recuperar lo perdido en Bizkaia tendrá que aglutinar en torno a su plancha –o en otra, habrá que ver si hay coalición del estilo País Vasco Suma– todos los votos que en abril fueron a Ciudadanos y Vox. El PP de la CAV, con traje foral y enfrentado a la portavoz de Casado en el Congreso, no está por la labor de coaligarse, pero un escaño es un escaño y quedarse sin él, un desastre. Con todo, aun juntándose lo tendrán difícil, ya que hace cinco meses entre las tres formaciones de la derecha española quedaron seis mil votos por debajo de EH Bildu.

Lo cierto es que entonces el último diputado electo fue el segundo que se llevó Unidas Podemos, y la candidatura más próxima fue la del PNV, que estuvo a siete mil papeletas de arrebatárselo. Si la lista encabezada por Roberto Uriarte baja el pistón podría perder ese segundo escaño, bien en favor de los jeltzales o del PP, con o sin acompañantes.

En el Senado hay menos incertidumbre incluso. El 28A tres senadores fueron para el PNV y uno para el PSOE, y nadie apuesta por una distribución diferente en noviembre.