Raimundo Fitero
DE REOJO

Dudoso

Despertar de golpe a la realidad es un ejercicio de aterrizaje político que debe sortear muchas farolas. ¿De qué estábamos hablando? La lógica aplicada a episodios electorales perennes se pierde siempre en conceptos urgentes que no son fáciles de detectar en primera instancia. ¿Fue una profanación o un entierro de Estado lo de la momia del genocida? ¿Sirve para darle votos a Sánchez o a Abascal? Me encuentro en estado dudoso crónico. Entre otras cosas porque esta campaña para el 10N está invisibilizada, por mucho que todos quieran sacar la mano para saludar desde el Falcon, el batzoki, el balcón del ayuntamiento o el pozo de las encuestas. Catalunya y la momia, lo acapara todo. Insisto, ¿de qué estábamos hablando? Porque entre medio de estas noticias se han producido elecciones en medio mundo, mañana se vota en Colombia y Argentina, en Bolivia se huele a pucherazo, la inestabilidad en Chile es más que manifiesta, Hungría y Polonia no salen de su estancamiento ultraderechista pétreo, Trudeau gana por los pelos en Canadá y en el Reino Unido se pueden convocar elecciones para el día 12 de diciembre para que sigamos un rato más elucubrando con el Brexit, que es algo así como el lobo de Pedro, pero en libras esterlinas y con Boris el despeinado como solista desafinado. El 11N ¿estaremos como ahora o viene una Gran Coalición?

Además, llueve de manera desaforada y destructora tras una sequía pertinaz que volverá a empoderarse de los pantanos en cuanto se limpien estos lodos televisados. Pasamos de verano a invierno por un otoño bipolar que no ayuda a que las añadas de vino y aceite nos deparen las satisfacciones debidas en su relación calidad precio. Volverán las oscuras golondrinas si las cotorras argentinas les dejan y no se las comen. Una guerra avícola darwinista que no llega a metáfora.