Gloria Latasa
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AZKEN PUNTUA

Brisa en el bosque

El aire –mezcla de gases que componen la atmósfera terrestre– cuando se pone en movimiento pasamos a denominarlo viento; y, si lo hace a poca velocidad, lo consideramos brisa.

Las brisas no son movimientos de aire a gran escala, sino pequeños desplazamientos de aire en el interior de una gran masa de aire. Su aparición está relacionada con un desigual calentamiento del suelo debido a la naturaleza del mismo (roca, tierra, agua…), a las formas del relieve o a la hora del día. Estos pequeños movimientos de aire solo se producen cuando la situación meteorológica es anticiclónica; es decir, estable y en la que el viento general no es fuerte. Por eso, las brisas están relacionadas con el buen tiempo.

En las costas soplan hacia tierra durante el día y hacia el mar durante la noche; en las laderas montañosas, hacia arriba en las horas diurnas y ladera abajo en las horas nocturnas; en los glaciares, hacia la base de los mismos a cualquier hora del día…

Los bosques también tienen su particular régimen de brisas. Durante las noches claras y en calma, el principal enfriamiento nocturno se produce en las hojas y ramas de las zonas altas. El aire en contacto con ellas también se enfría, desciende y fluye suavemente hacia el campo abierto. Es lo que se conoce como viento forestal o viento de bosque.