Alvaro Reizabal
Abogado
JOPUNTUA

El facha, ¿nace o se hace?

Son innumerables las ocasiones en que ha surgido la polémica sobre si el facha nace o se hace, pese a lo cual aún no se ha podido dar una respuesta clara a la incógnita. No cabe duda de que en algunos casos se nace. Sirva como ejemplo el del actual alcalde de Iruña, Enrique Maya, que ha vetado la actuación de Pirritx, Porrotx eta Marimototx, por razones de forma y de fondo, según ha manifestado en declaraciones a la cadena de radio de los obispos. Entre las de fondo destaca sobremanera que, según Maya, estos son los payasos de cabecera de la izquierda abertzale, y, claro, mientras esté en el cargo jamás les contratarán para actuar ante «nuestros pequeños».

También nació para facha Fraga Iribarne, pese a su amistad con Fidel Castro. No hay más que recordar aquellas declaraciones de que tendrían que pasar por encima de su cadáver antes de legalizar la ikurriña. El gallego ya palmó, pero la ikurriña se legalizó mucho antes.

Qué decir del jinete de Amurrio y la corte que le rodea, desde la precoz arquitecta que firmaba proyectos mucho antes de serlo, pasando por su esposo constructor de lofts de alto standing sin licencia, hasta el larguirucho abogado de segundo apellido Smith, que niegan la violencia de género y basan sus discursos en cataratas de datos falsos recitados sin pudor. Y lo que nos queda por ver, que no han hecho más que empezar.

Pero hay otros casos en que mas parece que el facha se va haciendo poco a poco, cociéndose lentamente en su propio jugo hasta llegar a la extrema madurez, que es con los años cuando florece el resultado de una degeneración intelectual y política. Sirvan como ejemplos los casos de Felipe ‘‘Mister X’’ González, el bellotari extremeño Rodríguez Ibarra o el de Alfonso Guerra, el que prometía que tras su paso por el Gobierno de España no la iba a reconocer ni la madre que la parió. Todos estos ex rojos de pacotilla se rasgan ahora las vestiduras por el preacuerdo del PSOE con Podemos y amenazan con romper el carné y hasta la baraja si hace falta.

Está claro: unos nacen y otros se hacen.