Es difícil saber a qué atenerse. A última hora del día, con el Barça sufriendo ante el Real Madrid, la prensa madrileña jugaba su propio partido con titulares sospechosamente contradictorios. Lo que para unos era un «acuerdo de investidura con una mesa entre gobiernos» a punto de cerrarse, para otros era un choque entre PSOE y ERC «por la fecha de la investidura y la unilateralidad». La negociación sigue en los despachos, pero las filtraciones sobre una investidura que en Ferraz daban ya por hecha no sentaron nada bien en Esquerra.

El martes por la noche se lanzó desde el entorno del PSOE, como globo sonda, la idea de una investidura navideña que culminaría con la segunda votación el 30 de diciembre. Ayer por la mañana, el secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, trató de contemporizar señalando que «apurando fechas te salen esos días, pero realmente no hay nada». Eso sí, confirmó las prisas: «Aquello que se pueda hacer y no tenga ninguna razón especial para hacerlo después, pues yo creo que cuanto antes mejor».

Además, Ábalos dio por hecha la investidura de un modo que incomodó sobremanera a Esquerra, ya que tocó uno de los tabúes del independentismo catalán. El número dos del PSOE se mostró «convencido» de que ERC ha renunciado a la unilateralidad, un tema que, al margen de las posibilidades reales del independentismo catalán en la actualidad, es munición habitual de JxCat contra Esquerra.

ERC, a la espera del TJUE

De ahí que la portavoz de los republicanos, Marta Vilalta, saliese a parar los pies a Ábalos al mediodía. La también diputada recordó que, hasta que no se cierre un acuerdo político, el mandato de las bases es un No a la investidura, y subrayó, en relación a las declaraciones de Ábalos, que «el chantaje y la presión pública solamente alejan el acuerdo». Recordar, además, que en la ponencia que se debatirá –y aprobará, si no hay sorpresas– en el congreso de este sábado apuestan por la vía negociada para ejercer la autodeterminación, pero no se excluye la unilateralidad.

En cualquier caso, las miradas de Esquerra se centran hoy en Luxemburgo, donde el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) debe decidir sobre la inmunidad de Junqueras como eurodiputado. Aunque el hecho de que ya haya sentencia firme haga muy poco probable que su decisión tenga efectos prácticos sobre la situación de Junqueras –ya no está en condición de prisión preventiva–, podría llevar a endurecer la posición de Esquerra, que vería reforzados sus argumentos.

También seguirán de cerca lo que decida el TJUE en Waterloo. Si los jueces dan la razón a Junqueras, siguiendo las recomendaciones del abogado general de la UE, Carles Puigdemont y Toni Comín verán facilitado de forma importante su camino hacia el Parlamento europeo y, de paso, hacia la inmunidad.