Imanol Osinaga Gil
KOLABORAZIOA

Las verdades de Munilla

Despotismo, integrismo, unilateralidad, preconcilio, fariseísmo, sofismo, embustes, destrucción, desestructuración, descohesión, apropiación indebida, inmatriculaciones, latrocinio, malestar, descontento, depresiones, intereses espurios, limpieza etno-cultural… un sinfín de pecados y hechos probados, cuasi delictivos algunos, a los que añadiría los que no sabremos nunca, propio de los «tiranosaurus» de hace ciento veinte millones de años. Lo siento por los saurios que hacían lo que podían… Y todo ello premeditado, con alevosía, ensañamiento y sadismo, a la manera de los más expertos inquisidores del medievo, reprimiendo y obteniendo placer del desastre emocional provocado, con el mandato y beneplácito de la jerarquía psicótica de los iluminados de 1200-1512.

El mandato principal ya lo escupió en su día uno de los elegidos por la divinidad única y eterna. Palabras textuales: «La unidad de España es un deber moral». Claro, esto ni es política ni nacionalismo ni es «na de na»... es solamente un comentario de patio entre vecinas disgustadas. «Porque la Eklesia vasca está politizada», claro… «porque no condenó expresamente la violencia disidente», claro… más bien, la prensa nacionalista española ocultó al público dichas y probadas declaraciones tremendamente expresas para luego poder justificar la chapucera y sufragánea cruzada, a modo de las que se han hecho y, me temo, se harán en la península (me decanto por la acepción mexicana del término «avispau» en cuestión: borrego de cuatro cuernos, es decir, doble enviado de averno (lo siento por los borregos…). Las almas irascibles de estos androides escapan al autocontrol, validándoles esto sí, para la muy digna y prioritaria dedicación a la pulcra limpieza de sacrosantas e infinitas reliquias y ornamentos áureos.

Errenteria, Lezo, Amara, Aiete, Ibaeta… ¿cuál es la siguiente? Separación, descohesión, incoherencia, mentiras, alejamientos, destierros provinciales, sustitución de las bases por rancias sectas elitistas y sado masoquistas que se infiltran en las eucaristías para comprobar así la correcta transmisión del mensaje del inframundo. Cabe pues, redefinir etimológicamente la nunca desaparecida pseudo doctrina como «desligión», o sea, negligencia, descuido, desentendimiento y abandono. La negación de la naturaleza humana seguida de la auto y ajena flagelación, así como la afirmación de que la tierra no es redonda, conducen inevitablemente a las más ímprobas y concupiscentes aberraciones, «Homo sum, humani nihil a me alienum puto». Bueno, pues como aviso a navegantes, Aletheia ha comenzado ya con su baile para no parar y la ostrakon está ya preparada. Aún y todo, parece necesaria una respuesta algo más contundente ya que las dos mejillas están ya de facto ensangrentadas y ya no hay clavos suficientes para la crucifixión…