Karyn NISHIMURA (AFP)

Proliferan en Japón las «Fábricas de verduras»

Albergadas en edificios banales en zonas industriales de los alrededores de las ciudades japonesas, emergen las «fábricas de verduras» como alternativa a la agricultura tradicional. En los locales de la empresa Spread, entre Kioto y Osaka, crecen unos 11 millones de lechugas al año (30.000 al día). Todo ocurre detrás de un cristal, en salas asépticas, llenas de largas estanterías. A medida que crecen, los vegetales pasan a lugares con condiciones de luz, temperatura y agua adecuadas. Sin pesticidas ni tierra. Solo agua enriquecida con nutrientes. Es la agricultura hidropónica. Con Dinamarca, Japón es desde hace décadas pionero en el laborioso desarrollo de «fábricas de verduras con luz artificial». En ellas, las estaciones no cuentan: se produce ocho veces por año la misma especie de lechuga. Requiere de más energía eléctrica, pero el 98% del agua se reutiliza en circuito cerrado y la cantidad es mínima si se compara con cultivos tradicionales. Japón cuenta con unas 200 «fábricas», en su mayoría pequeñas, pero se espera que para 2025 sean ya 400.