Mikel ZUBIMENDI
DONOSTIA
boom del gaélico en la plataforma duolingo

Un impulso al gaélico para cambiar la mirada de Escocia sobre sí misma

Escocia se sacude la herencia de trescientos años de vergüenza y rechazo. Los estigmas en contra de su lengua histórica, el gaélico, han saltado por los aires con el éxito de su lanzamiento en la plataforma para el aprendizaje de lenguas Duolingo. En unos días, se registraron más estudiantes del gaélico escoces que hablantes tiene esa lengua.

Definitivamente Escocia está evolucionando como país, como entidad cultural, como un lugar que se conoce más y mejor a sí mismo. A los escoceses siempre los han acompañado clichés y mitos contradictorios y divisorios, que si es un país dual y partido en dos, que si está plagado de viejas y nuevas querellas entre clanes con odios tribales...

No hace falta ver la película “Braveheart” para darse cuenta de ello. Católicos y protestantes, lenguas celtas y anglosajonas, los de las tierras altas y los de las tierras bajas, un pasado industrial y un futuro posindustrial, toda esa polaridades tan amplificada han servido a un objetivo: empequeñecer e ignorar la herencia cultural propia.

Nada que sea rural o tradicional puede abrazar el progreso, no hay valor en la lengua y literatura nativas. Porque, en muchos casos, como dicen las élites de Londres, los escoceses de habla gaélica no dejan de ser unos «malos ingleses» y popularmente son poco más que un plus para hacer (malos) chistes.

Para el gaélico, con una riqueza y diversidad de dialectos remarcable, predominantemente hablado en las zonas costeras de las Highlands y en las islas occidentales de Escocia, esos mitos y las políticas que los han acompañado han traído consigo durante tres siglos una tendencia a encogerse, a estremecerse culturalmente.

Como con el euskara en el franquismo, el rechazo hacia el gaélico tiene mucho que ver con la represión en la educación. Los gaelicoparlantes aún recuerdan el «maide crochaid», un palo de castigo que se colgaba del cuello del alumno que era «pillado» hablando en su lengua nativa, que cuando oía a otro alumno se lo colgaba a él y cuando terminaba la clase, el que llevaba el palo al cuello se llevaba, nunca mejor dicho, todos los palos.

Sobrevivir y renacer

Los datos indican que en los últimos años las tendencias se están revirtiendo. Desde 2005 tiene junto con el inglés el estatus de lengua oficial de Escocia, y aunque los gaelicoparlantes apenas llegan al 1% de su población, es cierto que la lengua nativa es más visible que nunca, en las señales de tráfico, en la escuela primaria, en los festivales culturales, en el pensamiento político y en el independentismo que gobierna con una amplia mayoría.

Pero ¿podrá sobrevivir el gaélico en Escocia? ¿Su futuro será el de una lengua de herencia confinada al mundo rural y la academia o será una lengua viva y vibrante?

Es difícil decirlo tajantemente. No obstante, los expertos indican que se encuentra en un punto de «colapso social», entre otras razones, por los cambios sociales, porque las zonas que pueden considerarse como sus bastiones están siendo progresivamente despobladas, cada vez más niños y niñas están yendo a la escuela en zonas urbanas.

Ver cómo una lengua o una cultura deja de existir es algo horrible. Las lenguas no tienen precio y ofrecen una visión única sobre la sicología y la experiencia humana de un territorio concreto. Y es que la toponimia gaélica ofrece una visión intrigante del paisaje. Algunas rocas y campos tienen nombres muy descriptivos e incluyen a la gente que vivió allí o sus lazos con antiguas leyendas. A menudo dan una descripción física, la forma de una montaña, el tipo de árboles que crecen o cómo fluye un río. Una vez que uno puede leer esos nombres y entender su significado, permiten ver la historia y lo que hace únicos a los escoceses, puede hacer pleno el entendimiento de su país.

Viaje del gaélico a Duolingo

No hay una solución única para salvar al gaélico. Se necesitarán una voluntad política nítida y muchas medidas de apoyo a los hablantes nativos y al desarrollo de sus comunidades. Pero tener un punto de arranque para aprender la lengua siempre es un paso poderoso. Y más en comunidades tan pequeñas, donde cada hablante puede hacer una gran diferencia.

La iniciativa se lanzó el día nacional de Escocia, el St Andrew's Day (30 de noviembre). El gaélico escocés, emparentado con el gaélico irlandés con el que comparte origen pero considerado como una lengua distinta, como lo pueden ser el castellano y el portugués, tenía que estar presente y accesible en Duolingo, la mayor plataforma de aprendizaje de lenguas del mundo, con más de 300 millones de usuarios registrados.

Profesores y activistas del gaélico junto con ingenieros y lingüistas estadounidenses de Duolingo se pusieron manos a la obra, trabajaron día y noche, y en apenas unos meses consiguieron el objetivo de ofrecer la oportunidad de aprenderlo a miles de usuarios.

El éxito ha sido inmediato: En sus primeros cinco días en Doulingo, 65.000 personas –10.000 más que los gaelicoparlantes existentes– dieron su nombre y se mostraron dispuestos a aprender la lengua.

Puede decirse también que el éxito ha sido doble. Por una parte, un pequeño grupo de activistas por la lengua logró encontrar el camino y realizó un gran trabajo de lobby ante la plataforma de aprendizaje de lenguas más grande del mundo, en lo que es un ejemplo de pensamiento independiente en acción. Y en segundo lugar, es un golpe a esa idea de una identidad binaria y fragmentada de Escocia que la condena a la parálisis, y también a la idea de menospreciar el gaélico, que surge de las grietas del autoodio cultural, demostrando que es una cosa del pasado.

Antes que el escocés, el galés, el gaélico irlandés o el navajo, una lengua indígena de EEUU hablada por poco más de 170.000 personas, estaban también disponibles en la plataforma Duolingo, que ofrece 91 cursos de 30 lenguas.

Inspirados por el ejemplo del gaélico escocés, nuevas lenguas como el criollo haitiano y el yiddish están a la cola para ser los siguientes en el club.

Su funcionamiento es sencillo. Básicamente, la aplicación Duolingo gamifica, se vale de los sistemas de puntuación, recompensa y objetivo que componen un juego, para potenciar una educación divertida, para hacer que las clases de gaélico sean entretenidas y adictivas.

Por supuesto que hay otros muchos métodos y libros especializados para el aprendizaje del gaélico, pero la plataforma Duolingo ofrece la posibilidad de profundizar utilizando la aplicación cinco o diez minutos al día para una sesión rápida de revisión.

Se trata de cursos completamente gratis, personalizados, con ejercicios interactivos inmediatos y accesibles a todos aquellos que tienen un dispositivo conectado a Internet.

Quizá la gente se apunta con gran entusiasmo a los cursos online y los abandona luego en gran número. Puede ser cierta esa tendencia. Pero incluso aprendiendo frases y palabras sueltas, uno adquiere un mejor entendimiento de su país. Además, según diferentes estudios, 34 horas de Duolingo equivaldrían a un semestre en la universidad aprendiendo lenguas.

Gaélico e independencia

El inesperado y espectacular éxito del gaélico en Duolingo, ¿qué es? ¿Cuál es significado? ¿Un intento mas o menos desesperado de preservación de una lengua en peligro de extinción o un indicativo más, otro más, del renacimiento cultural y político de la nación escocesa?

En una Escocia independiente ¿podría convertirse el gaélico en su lengua nacional? Son preguntas que flotan en el aire. Y, sin duda, tienen una respuesta: en una Escocia independiente se daría más valor y estatus a su lengua y los escoceses se sentirían mucho más orgullosos y confiados al hablarla.