GARA
WASHINGTON
TRUMP PRESENTA SU «ACUERDO DEL SIGLO»

El plan de Trump satisface los deseos de sionismo israelí

El «acuerdo del siglo» que el presidente de EEUU, Donald Trump, había vendido como el «gran paso hacia la paz» resultó ser el esperado aval a los deseos del sionismo israelí, con el reconocimiento de Jerusalén como capital «indivisible de Israel», la anexión de buena parte de Cisjordania y la creación de un imposible Estado palestino desmilitarizado.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ambos imputados –uno en pleno juicio de abuso de poder frente a su Congreso y el otro acusado de corrupción– y ambos ante unas próximas elecciones, presentaron ayer el anunciado «plan del siglo» para el conflicto en Palestina.

El plan da satisfacción a prácticamente todas las demandas del sionismo israelí, lo que fue avalado por Netanyahu tras la intervención de Trump.

El texto contempla que Jerusalén sea la capital «indivisible» de Israel y reconoce la anexión de las colonias judías en Palestina, aunque plantea un Estado palestino que, según el mapa desvelado poco después por la Casa Blanca, se convierte en unos reducidos cantones rodeados por Israel.

«Bajo esta visión, Jerusalén seguirá siendo la capital indivisible de Israel», señaló Trump, que añadió que «esto no es importante, porque ya lo hice para ustedes», agregó, en referencia a su reconocimiento de la ciudad como capital de Israel en 2017.

Aun así, aseguró que prevé un Estado palestino con capital en «áreas de Jerusalén Este», lo que apunta a la idea de una zona en los márgenes de la ciudad.

Trump manifestó que el plan contempla que el territorio palestino «sea de más del doble que ahora» y aseguró que «ni israelíes ni palestinos tendrán que abandonar sus casas».

Traducido en el mapa, el territorio palestino queda notablemente mermado y reducido a una serie de cantones aislados entre 13 colonias israelíes. El plan añade territorios junto a la frontera egipcia y conecta Gaza con Cisjordania a través de un túnel.

Pero reserva a Israel el valle del Jordán, que constituye alrededor del 30% del territorio de Cisjordania, y el control de todas las fronteras, lo que deja a los palestinos un territorio contenido dentro de Israel, con excepción de Gaza, lo que para Trump es necesario «para que los israelíes se defiendan a sí mismos por sí mismos».

«Esto nos dará una frontera oriental permanente para defendernos», afirmó Netanyahu al confirmar la anexión del valle del Jordán, que la ONU ya ha advertido que vulnera el derecho internacional. El presidente estadounidense agregó que el llamado por él «acuerdo del siglo» reconoce la autoridad israelí sobre los asentamientos –considerados ilegales por el Derecho Internacional–.

Trump dio un plazo de cuatro años a los palestinos para que se adhieran a su iniciativa como base de la negociación con Israel que, durante ese tiempo, «mantendrá el statu quo» y no aumentaría sus colonias.

Ni cuatro horas tardó Netanyahu en anunciar el comienzo del trámite legal para la anexión de parte de Cisjordania. Si su presencia en la Casa Blanca no fuera suficiente para confirmar que el plan satisface las pretensiones de Israel, el primer ministro israelí realizó un encendido elogio de la propuesta estadounidense, sobre todo por «una Jerusalén unida bajo soberanía israelí» y la anexión del valle del Jordán, así como por la desmilitarización de un eventual Estado palestino.

Igualmente, indicó que los refugiados palestinos «no tendrán derecho a volver a Israel», es decir al territorio del que fueron expulsados.

Y añadió que «los palestinos tendrán que «reconocer a Israel como Estado judío».

Pese al sesgo sionista del plan, Trump sostuvo que sería la base para las negociaciones directas entre israelíes y palestinos en caso de que ambas partes lo acepten como punto de partida. Trump considera que con este plan Estado Unidos «ha hecho mucho por los palestinos», a los que dice que «podría ser la última oportunidad que tengan».

A la vez, les prometió una «inversión masiva» de 50.000 millones de dólares en el nuevo Estado palestino, con anuncios de un millón de empleos y desarrollo económico.

El embajador estadounidense en Israel afirmó que Israel podía empezar ya a anexionarse las colonias sin esperar, lo que el Gobierno sionista hizo, al comenzar a preparar los textos legales.

Oposición y total rechazo

Frente a los rechazos de Irán o Turquía, que señalaron que el «acuerdo del siglo» ha nacido muerto, o de Jordania, que defendió un acuerdo que respete las fronteras de 1967, la Unión Europea recurrió a su habitual tibieza contemporizadora con Israel al recordar su compromiso «con la solución negociada de los dos estados», pero señaló que estudiará el plan.

Más afín a Washington, el Ejecutivo de Gran Bretaña, a dos días de dejar la UE, calificó el texto de Trump como «una propuesta seria», y el primer ministro, Boris Johnson, estimó que el plan «podría constituir un avance positivo».

 

Rechazo en Palestina, que apela a la unidad

«Ningún palestino puede aceptar un Estado independiente sin Jerusalén como capital», afirmó el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, en respuesta al plan que coloca a Jerusalén como «capital indivisible» de Israel y que calificó como «la bofetada del siglo». El primer ministro palestino, Mohammed Shtayyeh, instó el lunes a las potencias internacionales a boicotear el plan, y dio la explicación de plantear con tal autobombo un texto abocado al fracaso: «Fue diseñado para proteger a Trump de la destitución y proteger a Netanyahu de la prisión».

Hamas también expresó su rechazó. «No aceptaremos un sustituto de Jerusalén como capital del Estado palestino», subrayó Jalil al-Hayya, un alto cargo del movimiento de resistencia islamista. Su líder, Ismail Haniyeh, había advertido de que el plan de Trump no saldrá adelante y podría llevar al pueblo palestino a «una nueva fase» en su lucha.

El rechazo motivó una inusual unidad de acción entre Hamas y la Autoridad Palestina (ANP). Haniyeh habló con Abbas sobre una respuesta común y defendió la necesidad de unidad. Los líderes de todas las facciones palestinas, incluida Hamas, se reunieron en la sede del Gobierno de la ANP, en Ramallah, mientras se presentaba el plan en EEUU.

Pese al abandono de los estados árabes, los palestinos apelaron a su apoyo. La ANP pidió a la Liga Árabe que convoque una reunión de urgencia el sábado con la participación de Abbas. Egipto y Emiratos Árabes Unidos fueron ayer los primeros en darles la espalda al aplaudir el plan de Trump.GARA