Ane URKIRI ANSOLA
DERRUMBE DEL VERTEDERO DE ZALDIBAR

LOS MEDIDORES DE AIRE Y AGUA NO APAGAN LA DESCONFIANZA

ES EVIDENTE LA FALTA DE SINTONÍA ENTRE LOS CIUDADANOS Y LAS INFORMACIONES QUE LLEGAN DESDE FUENTES INSTITUCIONALES. SE HA IDO OSCURECIENDO TODO LO QUE RODEA AL VERTEDERO. LAS LABORES DE BÚSQUEDA DE LOS DOS TRABAJADORES DESAPARECIDOS SON INTERMITENTES POR LA INESTABILIDAD DEL TERRENO Y LOS FAMILIARES SE SIENTEN DESATENDIDOS.

El vertedero de Zaldibar huele a caos y preocupación. El olor que desprende, provocado por el incendio que se activó la tarde-noche del viernes a causa de la acumulación del gas metano y su contacto con el oxígeno, es evidente. Por tanto, parece lógico que la ciudadanía esté alerta. Piden más explicaciones y lo que reciben son aclaraciones que aseguran que la calidad del aire que respiran está en las medidas esperadas, que no hay ninguna variación rara.

El Departamento de Medio Ambiente de Lakua, por si acaso, ha colocado medidores en la escuela San Lorenzo de Ermua, una de las zonas más cercanas al desprendimiento –está a unos 450 metros–. El Ayuntamiento de Zaldibar también considera necesario que coloquen medidores en el barrio Eitzaga, muy cerca del colegio mencionado.

«Lo peor es ese humo que se ve», comenta Javier, un jubilado de Ermua. Va camino a la concentración semanal de las personas pensionistas y recuerda que por la tarde que los vecinos de Ermua –al igual que los de Mallabia y Eibar– protestarán por lo ocurrido en el vertedero y, sobre todo, por la falta de información respecto al desprendimiento que terminó catapultando a dos trabajadores de la empresa Verter Recycling.

El humo no cesa desde el viernes, los trabajadores Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán están desaparecidos desde el jueves y las labores de búsqueda son intermitentes por la falta de estabilidad de la ladera. Ayer, por ejemplo, pararon el operativo antes del mediodía, sin que la consejera de Seguridad de Lakua, Estefanía Beltrán de Heredia, concretase la hora en la que los geólogos recomendaron detener el operativo ni cuándo prevén reanudar la búsqueda.

Para Javier, la desaparición de estas dos personas es el fatal desenlace del desprendimiento: «El otro día comentábamos en la cuadrilla que siempre tiene que ocurrir alguna tragedia para que reaccionen ante las imprecisiones o imprudencias».

Desinformación

La ciudadanía teme a la lluvia que, en teoría, tiene que llegar más pronto que tarde. La lluvia puede ocasionar más desprendimientos; la tierra está tan dinámica que nadie se atreve a asegurar nada. «Si empieza a caer todo eso...», advierte Javier.

Es desde el peaje de la salida a Ermua de donde una toma consideración del tamaño del suceso. Se han precipitado más de medio millón de metros cúbicos de tierra y en la ladera oeste del vertedero se encuentra un caserío del que, a día de hoy, nadie ha dicho nada. No obstante, sí desalojaron a algunos de los vecinos del barrio Eitzaga de forma preventiva. Como una medida provisional está considerado el muro de seis metros que construirá la Diputación de Bizkaia en medio de la AP-8, en los carriles en sentido Donostia. En los dos primeros días pusieron unos simples conos, con toda la tierra y la basura a escasos metros de donde circulaban los coches, antes de comenzar a amontonar el material en una zona cercana, ya controlada.

Entre la desinformación y la imagen caótica, está el secretismo. Una patrulla de la Ertzaintza custodia la entrada del vertedero, mientras el dueño de la empresa abandona la zona. No se puede subir a la ladera y son continuas las idas y venidas de los camiones, que en teoría no transportan la basura que están apartando en las labores de búsqueda porque, provisionalmente, están formando acopios cerca de la factoría.

Alertados por la salud

Muestra de esa falta de sintonía entre la ciudadanía y las informaciones institucionales es que ayer no acudieron a clase once niños y niñas de dos años de la escuela San Lorenzo. «Nos han comunicado que se puede beber agua –existía un rumor de que no era recomendable–; parece que no está contaminada», explica Marta, una profesora de dicha escuela. Añade que existe cierta desconfianza a pesar de los valores «normales» que ofrecen los medidores.

Todo no será normal cuando los vecinos de tres municipios exigen verdad. «¡Hijos de puta! Vuestra riqueza, nuestra salud», protesta la entrada de Zaldibar. «Urkullu, ¿dónde estás? ¡Da la cara!», recogía otra pancarta. El lehendakari de la CAV compareció ayer, pero solo anunciar el adelanto de las elecciones.