La polémica rodea al segundo largometraje de ficción realizado por la cineasta danesa de origen egipcio May El-Toukhy, en cuantos festivales internacionales ha concurrido, habiendo obtenido el Premio del Público en Sundance y el de Mejor Película Nórdica en Göteborg. Pero, controversias aparte, lo más destacado y elogiado es la interpretación principal de la gran actriz Trine Dyrholm, que saca adelante como lo haría una Isabelle Huppert uno de los papeles femeninos más complejos y contradictorios a los que se ha tenido que enfrentar a lo largo de su carrera.

El personaje se las trae desde el título mismo de la película, en clara alusión a la obra de Lewis Carroll, y es que la protagonista lee a sus hijas “Alicia en el País de las Maravillas”. Sin embargo, la malvada mujer se oculta bajo la apariencia de una abnegada madre de familia y brillante profesional de la abogacía, hasta que el marido (Magnus Krepper) invita a su casa al hijo de otra relación anterior, ante lo cual la madrastra no duda en seducir al chico (Gustav Lindh), jugando con él al gato y al ratón. Es una fábula cruel más sobre una sociedad nórdica supuestamente perfecta que, sin embargo, presenta anomalías a nada que se rasque en la superficie.